La primera sede de la Comunidad en Guayaquil
La primera sede de la Comunidad estuvo ubicada en un departamento alquilado, en una casa de madera de un piso, en una esquina de la Av. 9 de Octubre y Malecón, (actual edificio La Previsora). Este centro comunitario sirvió como punto de unión por muchos años a la Comunidad. Allí se efectuaban los rezos de fin de semana, los rezos para las principales fiestas, se realizaban los matrimonios, era un lugar de reunión social para toda ocasión.
Siendo todos los miembros los nuevos inmigrantes, los idiomas que predominaban eran Ydish y Alemán (esto lamentablemente alejó a algunos Ydish, especialmente los venidos de Italia y Francia).
En esta época, al haber sido Guayaquil el principal puerto de entrada al Ecuador, todos los nuevos inmigrantes llegaron primero a esta ciudad. La Comunidad Judía de Guayaquil llegó a tener más de 2,000 miembros, pero el clima y el entorno físico de la ciudad eran muy duros para los nuevos inmigrantes de Europa. La malaria, la fiebre amarilla, el paludismo eran enfermedades especialmente duras para ellos, sumado a esto, el gran calor, la humedad y los insectos, razón por la cual la mayoría se mudaron a otras ciudades, especialmente Quito, Cuenca y Ambato donde el clima y el entorno era mucho más benévolo para ellos.
En 1958 la Directiva de ese entonces, donde podemos mencionar al Sr. Max Stern, Sr. Alfredo Czarninski, Sr. Heinz Grunewald, Sr. Gerd Koppel, y el “Comité de Padres de Familia” fundado y dirigido por la señora Ruth de Czarninski, tomaron decisiones transcendentales para el futuro de la Comunidad. Se decidió: cambiar el entorno físico de la Comunidad, aumentar las actividades sociales y darle un diferente énfasis a la educación de la juventud. Se alquiló una villa en las calles Aguirre y los Ríos donde se construyó una piscina, logrando que “El Club” de esa época se convirtiera además de centro espiritual, en un centro social y educativo. Con grandes sacrificios económicos se contrató a un “Madrij-Profesor”, Sr. Moshe Rubin, que vino desde Israel a dirigir a niños y jóvenes de Guayaquil. Se daba inicio a una época de educación judía y sionista en la Comunidad.
Consecuencia de una constante emigración de familias de la Comunidad y por la salida a estudiar al extranjero de la gran parte de la juventud, en 1968 se termina la época de oro de la Comunidad, la cual quedó muy reducida en número y casi sin jóvenes. Esta Comunidad reducida, por razones económicas, tuvo que abandonar la sede hermosa y funcional que tenía. La vida judía tenía que continuar y se alquiló un pequeñísimo departamento en el centro de la ciudad, en las calles Luque y Chile.