16 Sep Cierre de listas: la división de los partidos árabes y el nuevo mapa político
La Lista Árabe Conjunta se dividió a último momento y fortaleció al bloque de derecha de cara a las elecciones del 1 de noviembre. Nuevas alianzas, otras divisiones y un repaso del escenario político, a un mes y medio de la jornada electoral.
Venció el plazo para presentar listas que participarán de las elecciones en Israel, y de esta manera se determinó el mapa político definitivo de los partidos que el próximo 1 de noviembre competirán por los 120 asientos de la Knesset, el parlamento israelí.
La ruptura de la Lista Árabe Conjunta, la alianza de partidos árabes que compitió en las últimas elecciones, fue la sorpresa de último momento que modificó la foto final. Las facciones Hadash y Ta´al, representantes de la izquierda del sector árabe israelí, no llegaron a un acuerdo con el partido nacionalista palestino Balad y presentaron dos listas separadas. El partido islamista Ra´am, en tanto, volverá a competir por separado luego de haberse convertido en la primera facción árabe en sumarse a una coalición de gobierno.
La disolución de la Lista Árabe Conjunta fue celebrada en el bloque de derecha que lidera Benjamín Netanyahu, presidente del Likud y aspirante a regresar al cargo de primer ministro. Es que el sistema electoral israelí establece un mínimo de 3,25% de votos para que un partido ingrese a la Knesset. Como en la última votación la Lista Árabe Conjunta obtuvo seis escaños con un 4,8% de los votos, se estima que esta división de votantes puede dejar afuera del parlamento a alguna o a todas las facciones árabes.
El Likud, presidido por Netanyahu, es el partido más grande del mapa político y buscará volver al poder. Para estas elecciones sumó a Amichai Shikli e Idil Silman, parlamentarios que renunciaron al partido de derecha Yamina y precipitaron la caída del gobierno liderado por Naftalí Bennett. Aunque se estima que la lista de centro derecha de Netanyahu volverá a ser la lista más votada del país, su desafío será construir un bloque de al menos 61 parlamentarios que les permita formar un gobierno.
Cierre de listas de cara a las elecciones en Israel. (Ynet)
En busca de ese objetivo, Netanyahu fue un actor clave para evitar la ruptura del partido de extrema derecha que nuclea a las facciones Sionismo Religioso, liderado por Bezalel Smotrich; y Otzmá Yehudit (Fuerza Judía), presidido por el referente extremista Itamar Ben Gvir. En la votación pasada juntos obtuvieron 6 bancas, producto de un 5,12% de los votos, por lo que una división hubiera puesto en riesgo la representatividad parlamentaria del sector. A último momento, tras una reunión con Netanyahu, esta alianza se fortaleció con la inclusión del partido Noam, presidido por el rabino Zvi Thau, conocido en Israel por sus posiciones homofóbicas.
Los partidos ortodoxos también se consideran aliados al bloque de derecha. Por eso Netanyahu también tuvo que interceder para evitar la división de Yahadut HaTorá, la facción que representa a la ortodoxia ashkenazí y estuvo a punto de dividirse por desacuerdos internos vinculados a la idea de incorporar estudios básicos en los establecimientos educativos ortodoxos a cambio de mayor presupuesto. En el partido sefaradí Shas, en tanto, no surgieron grandes novedades en relación a las últimas elecciones.
La división de la Lista Árabe Conjunta pone en riesgo la representación árabe en el parlamento israelí. (AFP)
El bloque opositor al de Netanyahu, que incluye partidos de izquierda, centro y derecha, es liderado por el actual primer ministro Yair Lapid. Su partido, Yesh Atid, se presentará sin cambios sustanciales en relación a las últimas elecciones, en las que desde el centro del mapa político se impusieron como la segunda fuerza política más votada del país. La incorporación más sustancial es la de Michal Shir, parlamentaria del partido de centro derecha Tikva Hadashá, fundado por Gideon Saar.
Justamente Saar forma parte de una nueva alianza que se presume como la más relevante de la próxima votación. HaMajané HaMamlachti (Campo Estatal) nuclea al partido de centro Kajol Labán, de Benny Gantz; al mencionado Tikva Hadashá de Saar; y una nueva corriente liderada por Gadi Eizenkot, jefe de Estado Mayor de las FDI entre 2015 y 2019.
Avodá y Meretz, los tradicionales partidos de centro izquierda e izquierda de Israel, competirán por separado en las elecciones a pesar de las presiones de Lapid para unan fuerzas y eviten el riesgo de que alguna de las facciones no supere el porcentaje mínimo de votos necesarios para ingresar a la Knesset. En el ala derecha de este bloque, Yisrael Beiteinu no sufrirá grandes modificaciones, nuevamente bajo el liderazgo de Avigdor Liberman.
Benjamín Netanyahu. presidente del Likud; e Yair Lapid, primer ministro y presidente de Yesh Atid. (Yoav Dudkevitch)
Uno de los grandes interrogantes de la campaña son las “esquirlas” de lo que fue el partido de derecha Yamina. Con algunos de sus desertores en el Likud y el ex primer ministro Bennett retirado de la vida política, el espacio quedó bajo la dirección de Ayelet Shaked. A último momento, la antigua aliada de Bennett rompió Espíritu Sionista, una sociedad que había establecido semanas atrás con la facción de centro derecha Derech Eretz, de firme oposición a Netanyahu.
En su lugar, Shaked volverá a apostar a su base política: el partido nacionalista religioso HaBait HaYehudí (La Casa Judía). «Nuestro objetivo es atraer a un amplio público de derecha, del sionismo religioso auténtico, que nos permita establecer, con la ayuda de Dios, un gobierno estable que cuide a la ciudadanía”, declaró Yom Tov Kalfon, uno de los parlamentarios que presentó la lista.
Con los partidos y sus candidatos definidos, la sociedad israelí votará el 1 de noviembre y allí quedará establecida la nueva composición del parlamento. Días después, con las 120 bancas repartidas, el presidente Isaac Herzog encomendará a uno de los candidatos para que forme el próximo gobierno con un apoyo mínimo de 61 escaños.
Ayelet Shaked, presidenta de HaBait HaYehudí. (Ynet)
Fuente: Ynet Español