13 Sep La impresionante herencia judía de Rumania: El cementerio de Botosani
En el corazón de la región de Bucovina, repartida tras la Segunda Guerra Mundial entre Rumania y Ucrania, se encuentra Botosani
Es una pequeña ciudad con una rica vida judía en el pasado y que el Holocausto truncó para siempre.
A pesar de ser una de las comunidades judías más antiguas de Rumania, en la actualidad ya casi no viven judíos en Botosani y la comunidad no tiene ninguna actividad conocida. Durante el Holocausto varios miles de judíos fueron deportados, entre 1940 y 1944, por los aliados rumanos de los nazis en Moldavia y enviados a varios campos de exterminio, donde perecieron la mayoría. Otros centenares más fueron asesinados en varias matanzas perpetradas por la tristemente conocida como Guardia de Hierro, una organización de corte fascista que existió en el período de entreguerras y fue colaboradora de los nazis y durante algún tiempo del régimen de corte fascista de Ion Antonescu. La mayor parte de los judíos sobrevivientes del Holocausto partió tras el final de la Segunda Guerra Mundial y otros miles más emigraron durante la larga dictadura comunista (1945-1989) hacia Israel y otros países occidentales.
La comunidad judía de Botosani, como ya hemos dicho antes, es una de las documentadas como de las más antiguas de este territorio y en el cementerio de la ciudad se encontraron lápidas muy antiguas, del siglo XVIII, lo que nos da una idea de su larga permanencia en esta urbe a lo largo de casi tres siglos. Los historiadores rumanos A. Gorovei y Tiberiu Crudu señalan también que en el siglo XVII había un asentamiento judío floreciente en Botosani y probablemente tendría un cementerio en funcionamiento.
Un investigador de la vida hebrea de esta ciudad, Robert Sherins, aporta algunos datos de la presencia judía en Botosani: “En la literatura hebrea de 1615 escrita en Lublin, se mencionó la congregación de Botosani y también más tarde. De un documento firmado por el príncipe Yon Nicolai Mavrocordat en 1745, se entendió que los judíos eran considerados ciudadanos de la ciudad, un estatus que los judíos no ganaban en ningún otro país europeo, por lo que tenían los mismos privilegios y obligaciones que todos los demás ciudadanos. Residentes judíos de la ciudad incluso tomaron parte en la gestión de la misma. Los privilegios también fueron aprobados en un documento firmado por el Príncipe Matei Ghica el 12 de marzo de 1754. Durante la guerra turco-rusa (1768-1774), el asentamiento judío en Botosani sufrió los rigores bélicos y los militares otomanos asesinaron al rabino”. (Fuente consultada: https://www.jewishgen.org/yizkor/pinkas_romania/rom1_00029.html).
Rumania ha sido históricamente, quizá junto con Croacia, Eslovaquia y Polonia, uno de los países más antisemitas de Europa del Este. Numerosos poetas, intelectuales y escritores conocidos, como el gran poeta nacional Mihai Eminescu, eran antisemitas y la población hebrea nunca llegó a estar plenamente integrada como en otras partes de Europa. Los hebreos rumanos siempre fueron tratados como ciudadanos de segunda y sufrieron una notable discriminación por parte de las autoridades, aparte de un notable rechazo social.
Sherins hace un breve recorrido por las distintas persecuciones que asolaron y padecieron los judios de Botosani, que reproducimos literalmente: “Hacia el final del siglo XIX, el número de judíos en Botosani creció debido a la constante deportación de judíos de las aldeas y las granjas de la región, que se llevaron a cabo según las órdenes del Ministerio del Interior en los años 1881, 1882, 1884, 1892 y 1893. Solo en 1892, el número de judíos deportados llegó a 600. A los judíos se les permitió arrendar casas y estar ocupados en la agricultura, pero no para vivir en las aldeas, como estaba escrito en una circular especial impresa por el gerente del distrito».
Y agrega el mismo autor: “La persecución de los judíos en Botosani continuó a lo largo de la historia. En 1887, estalló un incendio intencionado en el barrio judío y se arruinaron 800 casas, incluida la Gran Sinagoga, cinco escuelas religiosas y el centro cultural ´Talmud Tora´; los bomberos se negaron a ayudar a los judíos a apagar el fuego. En 1890, se llevó a cabo un Congreso de Estudiantes Cristianos en Botosani y los estudiantes atacaron a los judíos. En 1896, una traducción de El Estado Judío apareció en Botosani. El traductor, un estudiante con el nombre de M. Spiner, fue arrestado por la policía y liberado solo después de un gran esfuerzo”. Las persecuciones continuaron, según varias fuentes consultadas, entre 1887 y los años treinta, pero especialmente reseñables son los ataques de la población civil a la comunidad hebrea en 1907.
Entre el siglo XVIII y XX tenemos abundantes noticias acerca de esta comunidad. e incluso el ya citado Sherins aporta un censo en que se muestra la evolución demográfica de la misma, que pasaba de los 1.400 judíos de 1809 a los más de 15.000 en 1942, lo que refleja que en apenas algo más de un siglo la población se multiplicó por diez. Un dato que revela la importancia que tuvo esta comunidad judía de Botosani es que en el año 1832 había diez sinagogas abiertas y en funcionamiento en la ciudad.
LA SITUACION TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Hemos encontrado algunos datos acerca de la evolución demográfica de esta comunidad tras la Segunda Guerra Mundial y hasta ahora, aunque la mayor parte de los judíos de Rumania emigraron después de la guerra hacia otros países, pero principalmente hacia los Estados Unidos e Israel, tal como hemos podido documentar en algunos censos. En 1956, en toda la provincia de Botosani quedaban algo más de 10.000 judíos, apenas un tercio de los que había en 1930 y en 1966, 2.494, para una década después, en 1977, los datos para toda la provincia arrojaban apenas unos 1.171 judíos. En 1992, tras la revolución democrática rumana, vivían en toda la provincia de Botosani 261 judíos y diez años después, en 2002, solamente quedaban 115. Un censo del año 2003 refleja apenas 93 judíos en toda la provincia y nos imaginamos que, al día de hoy, dado el envejecimiento de la población que no había querido emigrar, la cifra total debe ser menor, aunque no hemos encontrado datos actuales.
Sobre los fallecidos durante el Holocausto, hay datos que indican que más de 8.000 hebreos de la provincia de Botosani fueron obligados entre 1940 y 1944 a hacer trabajos forzados en varios centros de internamiento o campos de concentración. Se supone que muchos de los concentrados fallecerían, a consecuencia de las duras condiciones de encarcelamiento, o serían asesinados por los colaboradores de los nazis. En total, en toda Rumania fueron asesinados 271.000 judíos durante el Holocausto (1940-1944), la mayor parte de ellos entre Moldavia y Transilvania. Pero, si incluimos los asesinados en Transnistria y otras áreas ocupadas por el ejército rumano, la cifra se eleva hasta las 400.000 víctimas. Si examinamos los dos censos presentados, el de Sherins y el de la Federación de Comunidades Judías, podemos ver que entre 1942 y 1950, “desaparecen” en el censo Botosani 5.000 judíos, cifra que podría ser la estimada de asesinados durante el Holocausto, aunque este dato no es muy preciso porque miles de judíos llegados de Moldavia y Ucrania, ocupadas por los soviéticos tras la guerra, se asentaron en Rumania y, con lo cual, la cifra de asesinados podría ser mucho mayor.
Con respecto al cementerio, es mejor intentar contactar con las oficinas de la comunidad judía en Iasi, Botosani o Suceava antes de ir a visitarlo, ya que por lo general suele estar cerrado y atendido por un cuidador que dista mucho de lo que se conoce como una persona amable. Las primeras noticias sobre su origen datan de principios del siglo XIX, pero es más que seguro que su origen sea más antiguo, como ya hemos explicado antes, porque ya hay noticias de la llegada a esta zona de hebreos en el año 1540, y a partir de esa fecha comienza el desarrollo de la larga vida judía que se apagaría en los años cuarenta con el Holocausto y el establecimiento de una dictadura comunista en Rumania. A la entrada del Cementerio Israelita de Botosani se puede leer esta inscripción que arroja algo de luz acerca de su origen:»1820-1890″, aunque ya digo que su origen puede ser anterior.
Fuente: Aurora Digital