23 Ago Para salvar judíos y mantener alejados a los nazis, estos médicos inventaron una enfermedad infecciosa falsa
POR: Stephen Silver
Los pacientes acostados en las camas en la unidad del ´Síndrome K´ en el Hospital Fatebenefratelli.
Stephen Edwards, director el nuevo documental ¨Síndrome K¨ narrado por Ray Liotta, habla sobre descubrir una parte de la historia que él llama ¨el discurso de presentación más genial en Hollywood¨
JTA.- Cómo el tema de su nuevo documental, ¨Síndrome K¨, ha escapado en gran medida de la atención pública, es un misterio para el cineasta Stephen Edwards.
¨Es el discurso de presentación más genial en Hollywood¨, dijo. ¨La historia de tres médicos, uno de ellos judío practicando bajo una falsa identidad, que engañan a las SS con una enfermedad falsa que salvó a los judíos de una deportación segura¨.
¨Síndrome K¨, que llega a las plataformas digitales y VOD el martes, después de algunas funciones en festivales de cine judío, cuenta esa historia poco conocida y exitosa: cómo tres médicos en un hospital en Roma protegieron a un grupo de judíos de los nazis en 1943 y 1944 inventando una enfermedad infecciosa falsa llamada Síndrome K. El prospecto de contagiarse de la enfermedad mantuvo a los nazis, que ocuparon Roma después de la caída de Mussolini, alejados del hospital. Los judíos allí aguantaron hasta que los Aliados liberaron la ciudad en junio de 1944.
Edwards, que ha pasado la mayor parte de su carrera como un compositor, no es judío -fue criado como católico -pero creció entre la gran comunidad judía de Ann Arbor, Michigan. Le dijo a la Jewish Telegraphic Agency que se le ocurrió la idea para la película cuando vio un meme sobre la historia del ¨Síndrome K¨ en Facebook, y se sorprendió al descubrir que nadie había hecho nunca un documental sobre ella antes.
El Hospital Fatebenefratelli estaba ubicado muy cerca del Ghetto judío de Roma. Los tres médicos eran Vittorio Sacerdoti, Giovani Borromeo, y Adriano Ossicini. Sacerdoti era judío, mientras que los otros dos eran católicos. Borromeo, quien, entre otras cosas, protegió a la familia de uno de sus mentores judíos, está reconocido como Justo Entre las Naciones en Yad Vashem, la autoridad conmemorativa del Holocausto de Israel.
Los judíos fueron mantenidos en cuartos del hospital designados como peligrosamente infecciosos. ¨Los nazis pensaron que era cáncer o tuberculosis, y huyeron como conejos¨, le contó Sacerdoti a la BBC en el 2004.
El número exacto de judíos salvados, según la película, se desconoce, aunque varios relatos históricos han colocado el número en docenas.
¨Eso es por lo que creo que es una historia tan secreta -los médicos no se jactaron de lo que hicieron, o hablaron mucho sobre ello¨, dijo Edwards. Agregó que la historia del Síndrome K es tan oscura que ¨La Batalla por Roma: Los Alemanes, los Aliados, los Partisanos y el Papa, Septiembre de 1943 – Junio 1944¨ del difunto historiador Robert Katz, que es considerado un libro definitivo sobre la ocupación nazi de la ciudad, no la menciona.
Cuando Edwards comenzó a trabajar en la película en el 2018, supo que Ossicini todavía estaba vivo a la edad de 98 años. A través de una periodista judía italiana llamada Ariela Piattelli, Edwards y su productor fueron a Roma y entrevistaron al médico. En ese viaje, también habló con un par de hermanos que sobrevivieron en el hospital cuando eran niños, y con Pietro Borromeo, el hijo de Giovani Borromeo. Tanto Ossicini como el Borromeo más joven murieron alrededor de un año después de sus entrevistas.
Para las entrevistas con los demás que aparecen en la película, Edwards utilizó a la Fundación Shoah USC, que ha recopilado y archivado entrevistas con más de 55,000 testimonios que ahora llegan a la Universidad del Sur de California.
Adriano Ossicini, uno de los médicos detrás de la artimaña del Síndrome K, con el director de ´Síndrome K´, Stephen Edwards, en el 2018.
Ese archivo incluía una entrevista con el médico judío Sacerdoti aproximadamente en el año 2000, hecha poco antes de su muerte y que se cree que es la única que dio. El médico nunca se casó ni tuvo hijos, y no existe registro de dónde está enterrado.
Edwards elogió profusamente a la Fundación Shoah, fundada por Steven Spielberg, por incluir un sistema de etiquetado en su archivo que le permitió encontrar entrevistas con sobrevivientes del hospital que los cineastas desconocían anteriormente.
¨No tenemos película sin Sacerdoti¨, dijo Edwards. ¨Si me encuentro con Spielberg en algún momento, voy a agradecerle¨.
Ossicini y Pietro Borromeo no son las únicas voces que aparecen en ¨Síndrome K¨ que han fallecido desde entonces. Ray Liotta, el famoso actor, prestó su voz para la narración en off de la película. Murió el 26 de mayo, a los 67 años, mientras filmaba una película en República Dominicana.
Edwards dijo que había conocido un poco a Liotta cuando sus hijas fueron juntas a la escuela durante su infancia. Se acercó al actor para evaluar su interés en narrar la película, y ¨dos semanas después, está en mi estudio¨. Liotta grabó toda la narración en tres horas, en un solo día a finales del 2019.
(Edwards agregó que el día de la llegada de Liotta se unió a su editor y escritor para ver los primeros 30 minutos de ¨Goodfellas¨, el papel más conocido de Liotta, en el que el actor realiza una narración en off que el director llama ¨los cinco primeros de todos los tiempos¨.)
El exterior del Hospital Fatebenefratelli en Roma, donde los médicos protegieron a judíos inventando una enfermedad falsa durante la Segunda Guerra Mundial.
Edwards, que tiene ciudadanía italiana a través de su difunta madre, apreció especialmente la facilidad de Liotta con los muchos nombres y lugares italianos difíciles en la historia.
¨Entró, y no es un trabajo fácil. Es el Hospital Fatebenefratelli, Adriano Ossicini, Giovani Borromeo, Vittorio Sacerdoti, todos los nombres romanos, más todos los nombres alemanes, todo este vocabulario¨, dijo Edwards. ¨Y era un tipo divertido con el que trabajar, súper gracioso, profesional de primer nivel, profano, muchas bombas F, sólo nos reíamos, nos estábamos divirtiendo …simplemente lamentamos tanto perder al tipo¨.
El director siempre había sido un fan de la Segunda Guerra Mundial, y dos de sus tíos pelearon en la guerra. Pero recuerda muy bien su primer aprendizaje sobre el Holocausto.
¨Cuando tenía probablemente 12 o 13 años, estaba viendo televisión un sábado en la mañana …cuando vi uno de esos documentales sobre el Holocausto, donde se mostraban todas las atrocidades y horrores. Y simplemente estaba horrorizado -no tenía idea, no había llegado a esa lección de historia en la escuela todavía¨. Le preguntó a su padre, que se lo explicó.
El Holocausto, por supuesto, puede ser un tema pesado y deprimente, especialmente cuando se está inmerso en él por un largo período de tiempo. ¿Cómo manejó Edwards la carga?
¨La historia en sí era más sobre la amenaza de atrocidades¨, dijo, señalando que el 80 por ciento de los judíos italianos sobrevivieron al Holocausto, un porcentaje muy diferente que el de la mayor parte de Europa. ¨Esta es una historia sobre personas que dan lo mejor, mejor de sí mismas, frente a personas que dan lo peor, y eso es lo que realmente me atrajo¨.
Además del documental, Edwards dijo que ha reunido un equipo para tratar de hacer una versión cinematográfica de la historia del Síndrome K. Mientras tanto, aprecia la ironía del momento de la llegada del documental.
¨No puedes inventar esas cosas¨, dijo. ¨Hacer una película sobre una enfermedad falsa en el medio de una pandemia es simplemente tan irónico¨.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Times of Israel