18 Ago Una comedia perdida del gueto de Terezin es reconstruida y puesta en escena
Originalmente prohibida debido a su audacia, ‘El último ciclista’ de la víctima nazi Karel Švenk ahora está recibiendo su turno en el centro de atención.
Karel Švenk, antes de 1945. Foto: autor desconocido, dominio público, a través de Wikimedia Commons
Previo a la Segunda Guerra Mundial, Karel Svenk fue un pionero del teatro de vanguardia en Praga. Con un futuro brillante por delante, el exactor y director terminó deportado por los nazis en el Holocausto en noviembre de 1941 al gueto de Terezin.
A pesar de las condiciones malas de vida, la vida cultural prosperó en Svenk con el teatro y el cabaret. Escribió seis cabarets que se representaron en el campo decenas de veces cada uno. “Terezin March”, su canción para el final del primero de los espectáculos, se un himno no oficial de esperanza entre los reclusos.
Los judíos podían salirse con la suya mediante el humor y la sátira, pero esto fue un paso demasiado lejos. Sin embargo, los miembros del consejo de ancianos, que respondían a los nazis, tenían una represalia si se representaba la obra “El último ciclista”.
Los guiones y notas originales del ex compositor para todos sus cabarets de Terezin se perdieron cuando se los llevó tras él su deportación a Auschwitz en 1944. Murió a los 28 años en una marcha de la muerte desde un subcampo de trabajo esclavo de Buchenwald en abril de 1945.
Naomi Patz. Foto: Norman Patz
Pero gracias a una investigación de la editora y dramaturga Naomi Patz, “El último ciclista” llegó al escenario ante audiencias en Estados Unidos y México. Una versión filmada de una producción de Nueva York se proyectó en festivales de cine y se transmitirá en el área tri-estatal de la ciudad en THIRTEEN’s Theatre Close-Up hasta el 21 de agosto.
“El proyecto me atrapó y me quedé con él durante años”, dijo Patz, con sede en Nueva Jersey, sobre la resurrección del cabaret. “Es tan cautivador. Es una comedia hilarante que hace reír a la gente, y te desarma hasta el punto de olvidar dónde se suponía que se representaría”, dijo.
El ensayo trata sobre un grupo de pacientes en un manicomio que escapan y se apoderan del mundo. Como no les gusta el médico ciclista del lugar, culpan a todos los ciclistas de los problemas del mundo. El jefe lunático extiende la persecución a cualquier persona que tenga un ciclista en su familia desde generaciones atrás o tenga algún vínculo con ciclistas.
El título de la obra se inspiró en un chiste que, según informes, era un chiste cínico popular entre los judíos de Europa occidental y central en el tiempo de entre guerras. La trama termina con el desafortunado Abeles escapando milagrosamente de los lunáticos y los lunáticos recibiendo su merecido.
Fuente: Aurora Digital