28 Jun El fundador de Whatsapp se convirtió en uno de los mayores donantes del mundo para causas judías
El fundador de Whatsapp se convirtió en uno de los mayores donantes del mundo para causas judías
Las declaraciones de impuestos sobre Koum revelan que, con una fortuna estimada entre 9.800 y 13.700 millones de dólares, se convirtió silenciosamente en uno de los mayores donantes a causas judías del mundo.
Los combates en Ucrania fueron calificados como «una guerra de WhatsApp», debido a la amplia dependencia de las aplicaciones de mensajería por parte de soldados y civiles, y a su papel central en la difusión de propaganda.
Mientras tanto, el creador de WhatsApp, un judío nacido en Ucrania cuyo invento lo convirtió en una de las personas más ricas del mundo, guardo un llamativo silencio durante el conflicto. Jan Koum, que controla una fundación benéfica de miles de millones de dólares, no pronuncio ni una sola palabra en público, a diferencia de muchos otros ucranianos y rusos ricos que anuncian sus donaciones para los esfuerzos de ayuda humanitaria.
Jan Koum, fanático de los autos, se muestra con una de sus Ferraris. (Ferrari)
Sin embargo, según un examen de las declaraciones de impuestos presentadas por la fundación de Koum antes de la guerra, el tímido fundador de WhatsApp, está más vinculado de lo que parece a los acontecimientos que sacuden al país que dejó atrás cuando tenía 16 años. Sus donaciones, de las que sólo se informó previamente, incluyen decenas de millones de dólares a organizaciones judías que ahora participan en misiones en Europa del Este.
Por ejemplo, entre 2019 y 2020, el último año del que hay declaración de impuestos, la Fundación de la Familia Koum donó unos 17 millones de dólares a la Asociación Judía Europea, organización con sede en Bruselas que lanzó en marzo una campaña para proporcionar alojamiento, comida y ropa a los refugiados de la guerra.
Con 10,6 millones de dólares en donaciones durante ese mismo periodo, la fundación de Koum es también uno de los donantes más importantes de otro grupo que participa en ayuda humanitaria: la Federación de Comunidades Judías de la CEI.
Las declaraciones de impuestos revelan que, con una fortuna estimada entre 9.800 y 13.700 millones de dólares, se convirtió silenciosamente en uno de los mayores donantes a causas judías del mundo
La Agencia Telegráfica Judía se puso en contacto con más de una docena de organizaciones sin ánimo de lucro, varias de las cuales dijeron que tenían prohibido reconocer públicamente las donaciones de Koum como condición para su donación.
Debido al secretismo que caracteriza sus donaciones benéficas, así como su vida personal, el perfil de Koum como filántropo en los últimos años paso casi desapercibido.
Sin embargo, las declaraciones de impuestos revelan que, con una fortuna estimada entre 9.800 y 13.700 millones de dólares, se convirtió silenciosamente en uno de los mayores donantes a causas judías del mundo.
Su fundación dio casi 140 millones de dólares entre 2019 y 2020 a unas 70 organizaciones benéficas judías que trabajan en Estados Unidos, Europa del Este e Israel. Eso está a la par de los donantes más grandes y más conocidos en el mundo judío, como Charles y Lynn Schusterman Family Philanthropies, con sede en Tulsa, cuya huella está en cientos de organizaciones judías.
La fundación de Kuom dio casi 140 millones de dólares entre 2019 y 2020 a unas 70 organizaciones benéficas judías que trabajan en Estados Unidos, Europa del Este e Israel
El hecho de que Koum haya sido capaz de pasar desapercibido no sorprende a Lila Corwin Berman, profesora de historia judía americana en la Universidad de Temple, que escribe sobre filantropía.
«Tenemos un sistema que protege la privacidad de los donantes y requiere formas mínimas de información y supervisión», explicó.
«Sólo conociendo el nombre de Koum puedo excavar en los registros fiscales para ver la lista de beneficiarios, y esto supone que la fundación desembolsa todas sus donaciones directamente, sin utilizar fundaciones comunitarias de intermediarias. Las normas, tal y como existen, parecen valorar la privacidad y la autonomía del donante por encima del conocimiento del público», agregó.
Whatsapp, la aplicación de mensajería en línea más famosa del mundo. (Shutterstock)
«La transparencia en la financiación debería ser especialmente importante cuando se trata de organizaciones judías sin ánimo de lucro, debido a su objetivo de unir la amplia diversidad de la vida judía», según Corwin Berman.
«El público judío debería preocuparse porque un financiador tan grande puede inevitablemente esculpir y establecer prioridades comunitarias», remarcó.
Un análisis de las declaraciones de impuestos de la fundación de Koum refleja que, más que a ninguna otra causa, el rey de la mensajería moderna dona a organizaciones sin ánimo de lucro afiliadas a Jabad-Lubavitch, el movimiento judío ortodoxo jasídico internacional y en expansión con orígenes en Europa del Este.
Jabad, que presta servicios religiosos en comunidades judías lejanas, lleva a cabo toda una serie de actividades en la región.
La organización no tiene página web y, al estar clasificada como fundación religiosa, el Centro Comunitario Judío de Moscú está exento de presentar documentos que detallen su misión, liderazgo o actividad financiera, como se exige a otros tipos de organizaciones sin ánimo de lucro. Pero una revisión de los registros del IRS sugiere que una donación típica a la organización osciló entre 15.000 y 55.000 dólares durante varios años hasta que, en 2019, el patrón cambió. Fue entonces cuando la fundación de Koum dio a la organización sin ánimo de lucro 3,3 millones de dólares. En 2020, dio otros 5,7 millones.
Joshua Tapper, historiador del judaísmo soviético que escribió sobre el éxito de Jabad con este grupo demográfico, planteó que el movimiento ofrece un mensaje atractivo para las personas cuya identidad judía fue suprimida por las autoridades soviéticas.
«La retórica de Jabad es que ‘nuestro movimiento nació acá, sobrevivimos muchas décadas en la clandestinidad, en el desierto soviético, arreglándoselas con nuestro ingenio y nuestro fervor religioso y la creencia en Dios, y ahora reclamamos nuestro legítimo lugar como líderes de los judíos de habla rusa'», manifestó Tapper, que es estudiante de posgrado en la Universidad de Stanford y ex reportero de JTA.
Las donaciones de Koum no se limitan a Jabad o incluso a grupos religiosos. También es un gran defensor del sistema sanitario israelí, con donaciones a Hadassah y a las filiales estadounidenses de recaudación de fondos de varios hospitales israelíes.
Los registros fiscales también revelan que es el donante anteriormente anónimo detrás de un nuevo centro de 3,5 millones de dólares para la comunidad judía de habla rusa de San Francisco.
Al menos algunas de sus donaciones reflejan sus opiniones políticas de derechas sobre Israel.
Donó 600.000 dólares a la Maccabee Task Force Foundation, organización fundada por el difunto megadonante republicano Sheldon Adelson para apoyar la defensa de Israel en campus universitarios. También dio 6 millones a Friends of Ir David, la rama estadounidense de recaudación de fondos de Elad, un grupo que intenta ampliar los asentamientos judíos en partes de Jerusalem Este, de mayoría árabes, y 175.000 dólares al Central Fund of Israel, que fue acusado de apoyar a extremistas violentos en Israel.
Jan Koum, fanático de los autos, se muestra con una de sus Ferraris. (Ferrari)
Las únicas donaciones importantes no judías de la fundación Koum fueron a dos universidades: un millón de dólares a Fordham en 2020 y 41 millones de dólares a Stanford desde 2017. Su afinidad por estas instituciones es algo sorprendente teniendo en cuenta que la única universidad a la que Koum asistió es la Universidad Estatal de San José, de la que abandonó para centrarse en su primer gran trabajo en tecnología, en Yahoo.
La historia de Koum es la de un inmigrante que llegó a Estados Unidos sin nada, buscó mejorar su suerte, trabajó duro y se hizo fabulosamente rico al desarrollar un producto que utilizan miles de millones de personas cada día. Dado que concedio muy pocas entrevistas, la mayor parte de lo que se sabe sobre su vida puede extraerse de unas pocas fuentes, sobre todo un perfil de Forbes escrito cuando él y sus socios vendieron WhatsApp a Facebook por 22.000 millones de dólares en 2014.
Koum se crió en las afueras de Kiev, en la ciudad de Fastiv, que casualmente fue bombardeada por las fuerzas rusas al principio de la actual guerra.
Su formación autodidacta en redes informáticas le puso en contacto con el emergente mundo de las startups en Silicon Valley, y finalmente entró a trabajar en Yahoo con su futuro cofundador de WhatsApp, Brian Acton.
En un giro que resultaría irónico, ambos solicitaron trabajar en Facebook, pero fueron rechazados.
En 2009, el iPhone acababa de salir al mercado y la App Store sólo tenía siete meses de vida. Koum vio la oportunidad en esta nueva frontera móvil y empezó a intercambiar ideas con miembros de la comunidad de habla rusa de San José. Forbes describe largas conversaciones sobre WhatsApp tomando té entre Koum y Alex Fishman, un graduado del Technion-Israel Institute of Technology, que acogía a la comunidad en su apartamento de San José.
A dos años del lanzamiento, WhatsApp se encontraba entre las aplicaciones más descargadas en el todavía incipiente mundo de las aplicaciones, ofreciendo textos, llamadas telefónicas, vídeos y otros contenidos gratuitos y encriptados. La empresa se mantuvo en una curva de crecimiento pronunciada y, a principios de 2013, WhatsApp tenía 200 millones de usuarios activos y una plantilla de 50 personas.
Whatsapp. (Shutterstock)
Esta empresa, que operaba en un edificio de bajo perfil y sin ningún logotipo, llamó la atención de Mark Zuckerberg. Tras un prolongado cortejo, Zuckerberg consiguió que Koum y Acton aceptaran una venta, y Facebook compró WhatsApp por 22.000 millones de dólares en efectivo y acciones en 2014. Por iniciativa de Koum, los tres firmaron el acuerdo frente al edificio que antes albergaba la agencia de asistencia social donde recibía cupones de alimentos.
En 2018, el Washington Post informó que Koum se fue por las prácticas de privacidad cada vez más laxas de Facebook.
El multimillonario comunicó algunos de sus pensamientos en Facebook a unas 90.000 personas que seguían sus publicaciones. Compartía enlaces a artículos pro-Trump y anti-inmigración y expresaba una postura pro-Israel de línea dura. Finalmente, dejó de usar las redes sociales.
En gran medida es un misterio cómo pasa Koum su tiempo hoy en día. En una donación de campaña realizada el año pasado, declaró su ocupación como «jubilado», aunque tenga apenas 46 años.
Pero las aventuras de Koum en la filantropía continúan una tradición de donaciones de judíos de la antigua Unión Soviética, así como una reciente ola de filantropía impulsada por la nueva riqueza en la comunidad.
Lena Katsnelson, directora de UJA FSU, la división de UJA-Federación de Nueva York centrada en los judíos de la antigua Unión Soviética, señaló que existe una historia de más de 30 años de donaciones benéficas por parte de esta comunidad.
Galperin, por su parte, señaló que Koum no es el único donante de lo que caracteriza como una oleada de judíos de habla rusa que se enriquecieron en el sector tecnológico y otros sectores. Puso de ejemplo a Eugene Fooksman, nacido en Rusia, que se unió a WhatsApp temprano para trabajar como ingeniero de software, y creo una fundación que hizo unos 1,1 millones de dólares en donaciones en 2020, y Max Levchin, cofundador de PayPal, que nació en Ucrania y hace donaciones a varias causas judías.
Los representantes de Jabad en Europa se reúnen en Rusia en 2020. (Ynet)
«Esta generación se tomó su tiempo para establecerse, desarrollar los medios y los intereses para convertirse en filántropos», aseveró Galperin,
Añadió que, entre todos los judíos, este grupo tiene una historia particular que impulsa a muchos a donar a causas judías por encima de todo.
«Esto se debe a que, para muchos de ellos, el hecho de abandonar la Unión Soviética y venir a Israel, Estados Unidos o Canadá, tiene mucho que ver con su identidad judía», cerró.
Fuente: Ynet Español