20 May En la Italia del siglo XVII, 14 niñas y mujeres judías esclavizadas fueron violadas – Opinión
POR: Judy Siegel-Itzkovich
Der Hafen von Livorno II por Jakob Philipp Hackert.
Un nuevo estudio de la Universidad de Tel Aviv revela el fenómeno de la esclavitud judía femenina y descubre una violación en grupo en una prisión de esclavos italiana en el siglo XVII.
Si sólo hubiera habido un movimiento Me-Too en la Italia del siglo XVII. Un grupo de 14 mujeres judías esclavizadas hubieran sido probablemente salvadas de una violación en grupo e incluso del suicidio; y el médico de la prisión responsable, quien más tarde se convirtió en alcalde de Livorno, no hubiera sido honrado con una calle que lleva su nombre.
La historiadora Prof. Tamar Herzig, vicedecana para la investigación en la Facultad de Humanidades Entin en la Universidad de Tel Aviv (TAU por sus siglas en inglés), ha expuesto evidencia previamente desconocida de una violación en grupo organizada de un grupo de niñas y mujeres judías marroquíes esclavizadas en Livorno -una ciudad portuaria en el Mar de Liguria -a principios del siglo XVII. La violación fue organizada por el Dr. Bernardetto Buonromei, un oficial estatal de alto rango en la prisión de esclavos de Livorno. Hábilmente silenció cualquier queja y borró efectivamente la memoria del sufrimiento de las víctimas.
El año pasado, Herzig recibió el Premio Conmemorativo Michael Bruno de Estudios Avanzados por investigación innovadora, por su contribución al estudio de la historia premoderna y, especialmente, del Renacimiento italiano.
Según los documentos estudiados por Herzig, en el verano de 1610, Buonromei ordenó la asignación de un grupo de mujeres judías recién llegadas de África del Norte a los alojamientos de hombres en la prisión de esclavos.
Prof. Tamar Herzig
Esto era contrario a la separación habitual de mujeres y hombres en diferentes secciones. Esta orden resultó en que las judías esclavas fueron violadas por esclavos musulmanes y trabajadores forzados cristianos. Un informe indica que una de las víctimas perdió su cordura y trató de arrojar a sus hijas pequeñas desde la ventana de la prisión -incluso intentó suicidarse.
Representantes de la influyente comunidad judía de Livorno envió protestas denunciando el abuso sexual sin precedentes de sus compañeras judías ante las autoridades de Toscana. Lamentablemente, todas las quejas y testimonios fueron pronto silenciadas con la ayuda del gran duque de Toscana, que apoyaba a Buonromei.
El gran duque aceptó las afirmaciones del médico de que incrementaría las ganancias del estado de la Toscana asegurándose de que la comunidad judía de Livorno rescataría a sus esclavos.
Buonroemi, quien había servido como primer alcalde de la ciudad ante de su nombramiento en la prisión de esclavos, y, cuando murió unos pocos años después, el gran duque pagó su lápida en la iglesia principal de Livorno.
En el siglo XVII, la comunidad judía de Livorno era una de las más ricas e influyentes entre las comunidades judías del país; su relación con los gobernantes del estado toscano era usualmente positiva.
De acuerdo con los documentos que Herzig descubrió, los miembros ricos y bien conocidos de la comunidad judía del país eran, no obstante, extorsionados por los funcionarios del gobierno como Buonromei. Herzig descubrió que los gobernantes del Gran Ducado de Toscana utilizaron el incidente de la violación en grupo como un gran espectáculo de violencia, usándolo para que la comunidad judía pagara tarifas de rescate exorbitantes por los judíos esclavizados.
Buonromei, que había servido como el alcalde principal de la ciudad antes de su nombramiento en la prisión de esclavos, todavía es honrado hoy en día como uno de los padres fundadores de la ciudad. Una calle en Livorno lleva su nombre, y una figura conmemorándolo desfila en las procesiones anuales celebrando la elevación de Livorno con el estatus de ciudad.
El monumental estudio de Herzig, titulado ¨Esclavitud y Violencia Sexual Interétnica: Una violación múltiple con varios perpetradores en el Livorno del siglo XVII¨, fue publicado en la prestigiosa revista American Historical Review, con 175 referencias respaldando su afirmación. Espera que la exposición de sus hallazgos en los medios de comunicación italianos llevará a un cambio en la conmemoración de Buonromei -un hombre que hizo su fortuna con el comercio de esclavos y que es personalmente responsable por el horrendo abuso de mujeres y niñas judías esclavizadas.
La mayor parte de los estudios sobre la esclavitud en el siglo XVII se enfocaban en la galería -esclavos masculinos que supuestamente sufrían un trato más duro que las mujeres esclavas. La erudición también se ha centrado en la rivalidad musulmana y cristiana en este período, citándolo como el principal motivador para el compromiso de los grupos respectivos en esclavizarse unos a otros.
Hasta ahora, muy poca investigación ha abordado el lugar de los judíos como víctimas del comercio de esclavos en la Italia de los siglos XVI y XVII. El estudio de Herzig es el primero en revelar la actitud de los representantes del régimen italiano hacia las mujeres judías de África del Norte, cuando fueron capturadas por las fuerzas italianas y llevadas a los puertos italianos como esclavas. La actitud de los representantes italianos impactó significativamente las relaciones entre los judíos locales y los cristiano en las ciudades italianas en ese momento.
¨En el mundo judío premoderno: la violación sexual de las mujeres cautivas epitomizó la humillación a los hombres judíos que habían fracasado en protegerlas¨, escribió Herzig. ¨Luchando para contrarrestar esa humillación, los líderes de la nación judía, buscaron incansablemente asegurar la penalización de Buonromei […] Su fracaso en lograr este objetivo y recuperar su honor comunitario revela los límites de tolerancia en la regulación de la vida diaria en el Livorno del siglo XVII, que los historiadores a menudo defienden por su notable pluralismo religioso y diversidad étnica¨.
Gran parte de la investigación feminista, continuó, ¨se ha enfocado en la violación como una forma de violencia producida por ´estructuras sociales y discursos de género a través de los cuales tal violencia puede volverse significativa y legítima¨. Susan Brownmiller ha señalado el uso universal de la violación como una herramienta para la subyugación de las mujeres por los conquistadores y captores masculinos. Más recientemente, la violación bajo cautiverio y la esclavitud han sido reconocidas como una clase de ¨asesinato lento¨.
La revelación de los aspectos femeninos y judíos del comercio de esclavos italiano es ¨muy importante¨, comentó Herzig, ¨porque estos tópicos se han descuidado en gran manera en la erudición histórica sobre los siglos XVI y XVII. Espero que, al crear conciencia sobre el fenómeno de la esclavitud de mujeres judías, mi investigación llevará a una reconsideración de la conmemoración actual de los esclavistas como Bernardetto Buonromei, logrando así algo de justicia histórica para las víctimas¨.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post