23 Nov Israel y la diáspora comparten un destino – opinión
¿Estará el Estado de Israel ahí para ellos?
El presidente Isaac Herzog transmite en vivo desde el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén la Marcha por Israel en Washington, la semana pasada.(crédito de la foto: KOBI GIDEON/GPO)
«Hoy nos reunimos como familia, una gran mishpajá, para marchar por Israel», dijo el presidente Isaac Herzog a las 300.000 personas que se reunieron en Washington, DC, para apoyar a Israel.
Frente a una multitud histórica y diversa de judíos estadounidenses, Herzog se propuso elogiar la unidad de la comunidad judía mundial después de los ataques terroristas del 7 de octubre en Israel.
Sus cálidas palabras y tópicos para los judíos de todo el mundo fueron bien merecidos y arraigados en la acción.
Después de la horrible masacre, cuando el gobierno supuestamente no logró brindar soluciones a sus innumerables problemas a sus civiles desplazados, angustiados, desaparecidos y en duelo, fue la sociedad civil de Israel la que se ofreció con toda su fuerza para llenar el vacío . Lo han estado haciendo de todo: desde organizar alimentos para los evacuados y las tropas movilizadas apresuradamente, hasta proporcionar suministros básicos para el día a día y el equipo militar necesario, e incluso trabajar para localizar a los supervivientes de la masacre.
Pero los israelíes no estaban solos durante la fase inicial de la guerra. Los judíos de la diáspora inmediatamente se pusieron del lado de Israel, recaudaron cientos de millones de dólares, organizaron visitas de solidaridad a Israel, participaron en manifestaciones masivas de apoyo y, por supuesto, combatieron las narrativas falsas y el antisemitismo que inundaban los campus universitarios y las noticias.
Israelíes-estadounidenses y partidarios de Israel se reúnen en solidaridad con Israel y protestan contra el antisemitismo, en medio del conflicto en curso entre Israel y el grupo palestino Hamas, durante una manifestación en el National Mall en Washington, EE.UU., el 14 de noviembre de 2023. (crédito: REUTERS/ LEAH MILLIS)
Los judíos de la diáspora apoyan a Israel a pesar de años de negligencia y menosprecio
Su apoyo incondicional se produce después de años de negligencia por parte del gobierno israelí. Muchos, incluidos miembros de este régimen actual, han menospreciado a estas personas, afirmando que la mayoría de ellos no son “verdaderos judíos” y, si lo son, su judaísmo no es bienvenido en Israel.
Desafortunadamente, sus palabras fueron acompañadas de acciones: el gobierno promovió leyes que impedían a los judíos no ortodoxos hacer aliá, abogó por la cancelación de la Cláusula del Nieto en la Ley del Retorno que permitía a la tercera generación de una familia con un abuelo judío emigrar a Israel intentó castigar las prácticas no ortodoxas en el Muro Occidental con multas o penas de cárcel, y más.
Sin embargo, a pesar de la decepción que sienten gran parte de los judíos del mundo hacia los funcionarios, sabían que el pueblo de Israel los necesitaba y lo lograron. A lo grande.
Ningún país puede existir aislado del mundo. Es malo para su economía, daña el nivel de vida de sus ciudadanos y, en tiempos de necesidad, depende en gran medida de sus aliados y socios.
Aún más, Israel no puede ni debe existir mientras aísla a los judíos del mundo de su hogar lejos del hogar.
Nuestro vínculo con los judíos del mundo no comenzó con las tragedias del 7 de octubre. Su destino ha estado entrelazado con el nuestro desde el principio, y la actual ola de antisemitismo global que genera miedo en las comunidades judías de todo el mundo sólo prueba nuestro destino compartido. En un momento, incluso hubo una iniciativa para otorgar a los judíos de la diáspora un asiento honorario número 121 en la Knesset, ofreciéndoles un asiento en la mesa en reconocimiento a este vínculo.
Se podría debatir si este es un acto de reconocimiento apropiado, pero una cosa es segura: ser parte de una familia significa estar ahí el uno para el otro, en los buenos y en los malos momentos, para bien o para mal. Ningún miembro de la familia está por encima del otro, y todos merecen sentir que su amor es correspondido.
Unidad no significa uniformidad. Como todas las familias, podemos tener desacuerdos, pero es nuestra obligación extender una rama de olivo y aceptar que Israel es el único país judío del mundo. Para todos los judíos. De todas las corrientes del judaísmo.
Los judíos de la diáspora nos apoyan firmemente ahora en nuestro momento de necesidad. ¿Israel estará ahí para ellos después de la guerra y reconocerá su conexión y práctica del judaísmo?
La escritora es directora ejecutiva de Women of the Wall.
Fuente: The Jerusalem Post
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