03 Jul Netanyahu viaja a China: Una visita con más perjuicios que beneficios
Recientemente nos enteramos de la visita prevista del primer ministro Netanyahu a China.
Benjamín Netanyahu y Xi Jinping el 21 marzo de 2017 Foto: Haim Zach / GPO
El evento debe ser examinado desde tres ángulos: los vínculos con Estados Unidos, las relaciones con China y los posibles resultados de la visita.
En cuanto al primer ángulo, incluso si la visita esperada no debilita las relaciones con EE. UU., ciertamente no las mejorará.
La Administración Biden no ha ocultado su descontento con las actividades del Gobierno israelí, y más de seis meses después de su mandato, el primer ministro aún no ha sido invitado a la Casa Blanca.
La visita a China, el rival más acérrimo de Estados Unidos, que ha sido enmarcada por un «alto funcionario del Gobierno» como una visita diseñada para explicar a los estadounidenses que «Israel tiene alternativas», ciertamente no acelerará la tan esperada invitación a Washington; a pesar de que el propio Netanyahu se apresuró a aclarar que la lealtad de Israel a EE.UU. sigue más firme que nunca.
Las relaciones con China también han estado recientemente en un punto bajo.
Beijing ha agudizado su tono hacia Israel, inició discusiones en las Naciones Unidas, redactó declaraciones de condena, ignoró los ataques terroristas y el lanzamiento de cohetes contra ciudadanos israelíes y, en general, se mantuvo del lado de los palestinos y en contra de Israel.
Por otro lado, China está «coqueteando» con la idea de la mediación internacional e incluso ofreció a Abu Mazen [Mahmoud Abbás] ayudar en la promoción de las conversaciones de paz con Israel sobre la base del plan de tres puntos que ha formulado.
El presidente de China seguramente abordará el tema en su reunión con Netanyahu, y así la visita le permitirá a China adquirir más puntos para su imagen de “mediador objetivo” en Medio Oriente, a expensas de Estados Unidos.
Por otro lado, esta visita puede generar beneficios para Israel: fortalecer los lazos económicos con China, lo que incluye atraer inversiones chinas a la industria de alta tecnología, que ha tenido dificultades; la promoción de la normalización con Arabia Saudita; e incluso la promoción de conversaciones indirectas con Irán.
Sin embargo, en todos estos, es dudoso que la participación china beneficie a Israel, y es dudoso que el costo no supere el beneficio.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Fuente: Aurora Digital