05 Ago La decepción de Moisés (Pinjas, Alianza & Conversación del 5776 Sobre Espiritualidad)
Escondida detrás de la superficie de la Parashat Pinjas, los sabios descubrieron una historia de gran intensidad. Moisés, habiendo visto a su hermana y hermano morir, sabía que su propio tiempo en la tierra estaba llegando a un fin. Él rezó a D-s para designar a un sucesor: “Quiera el Señor, D-s de los espíritus de toda la humanidad, designar a un hombre de esta comunidad para ir y entrar antes de ellos, uno que los liderará y los traerá, para que así el pueblo del Señor no sea como ovejas sin un pastor”.
Hay, sin embargo, una pregunta obvia. Por qué este episodio aparece aquí? Debería haber estado colocado con seguridad siete capítulos antes, ya sea en el punto en el cual D-s le dijo a Moisés y Aarón que ellos morirían antes de entrar en la tierra, o poco después cuando nosotros leemos sobre la muerte de Aarón.
Los sabios percibieron dos claves para la historia detrás de la historia. La primera es que esta aparece inmediatamente después del episodio en el cual las hijas de Tzelofehad buscaron y se les otorgó la parte de su padre en la tierra. Fue esto lo que provocó la petición de Moisés. Un midrash explica:
“Cuál fue la razón para que Moisés hiciera esta petición después de declarar el orden de la herencia? Justo esto, que cuando las hijas de Tzelofehad heredaron de su padre, Moisés razonó: es el momento correcto para mí para hacer mi propia petición. Si las hijas heredan, sin duda es correcto que mis hijos deberían heredar mi gloria”.
La segunda clave yace en las palabras de D-s a Moisés inmediatamente antes de que él hiciera la petición para el nombramiento de un sucesor:
“Entonces el Señor dijo a Moisés: ¨Sube a esta montaña de Abarim y mira la tierra que yo le he dado a los Israelitas. Después de que la hayas visto, tú también serás reunido con tu pueblo, como lo fue tu hermano Aarón…”
Las palabras en itálica parecen redundantes. D-s estaba diciéndole a Moisés que él moriría pronto. Por qué necesitaba Él añadir, “como tu hermano Aarón”? Sobre esto el midrash dice: esto nos enseña que Moisés quería morir de la manera que Aarón murió. El Ktav Sofer explica: Aarón tuvo el privilegio de saber que sus hijos seguirían sus huellas. Elazar, su hijo, fue nombrado como el Sumo Sacerdote mientras él estaba vivo. Hasta este día los kohanim son descendientes directos de Aarón. Moisés del mismo modo deseaba ver a sus hijos, Gershom o Eliezer, tomar su lugar como líder del pueblo. Eso no iba a ser. Esa es la historia debajo de la historia.
Hubo una consecuencia. En el libro de Jueces, nosotros leemos que un hombre llamado Miqueas estableció un culto idólatra en el territorio de Efraím y contrató a un Levita para oficiar en el santuario. Algunos hombres de la tribu de Dan, que se mudaron al norte para encontrar tierras más adecuadas para sí mismos, llegaron a la casa de Miqueas y tomaron tanto los artefactos idólatras como al Levita, a quien ellos persuadieron de convertirse en su sacerdote, diciendo, “Ven con nosotros, y sé nuestro padre y sacerdote. No es mejor que sirvas a una tribu y un clan en Israel como sacerdote en lugar del hogar de un solo hombre?”
Solamente al final de la historia se nos cuenta el nombre del sacerdote idólatra: Yonatán hijo de Gershom hijo de Moisés. En nuestros textos, la letra nun ha sido insertada en el final de estos nombres, para que así pueda ser leído como Menasheh en lugar de Moisés. Sin embargo, la letra, inusualmente, está escrita sobre la línea, como una súper inscripción. El Talmud dice que la nun fue añadida para evitar mancillar el nombre de Moisés mismo, al descubrir que su nieto se había convertido en un sacerdote idólatra.
Cómo explicamos el aparente fracaso de Moisés con sus propios hijos y nietos? Una sugerencia hecha por los sabios fue que esto tenía que ver con el hecho de que por años él vivió en Midián con su suegro, Jetro, quien era en ese momento un sacerdote idólatra. Algo de la influencia midianita reapareció en Yonatán tres generaciones más tarde.
Alternativamente, hay pistas aquí y ahí de que Moisés mismo estaba tan preocupado con liderar al pueblo que él simplemente no tuvo tiempo para atender las necesidades espirituales de sus hijos. Por ejemplo, cuando Jetro vino a visitar a su yerno después de la división del Mar Rojo, él trajo consigo a la esposa de Moisés Tziporah y a sus dos hijos. Ellos no habían estado con él hasta entonces.
Los rabinos fueron más lejos en especular sobe la razón de que la propia hermana y hermano de Moisés, Aarón y Miriam, hablaran negativamente sobre él. A lo que ellos se estaban refiriendo, dijeron los sabios, es al hecho de que Moisés se había separado físicamente de su esposa. Él lo había hecho así debido a que la naturaleza de su papel era tal que él tenía que estar en un estado de pureza todo el tiempo porque en cualquier momento podía tener que hablar o que le hablara D-s. Ellos estaban, en resumen, quejándose de que él estaba descuidando a su propia familia.
Una tercera explicación tiene que ver con la naturaleza del liderazgo mismo. La autoridad burocrática -autoridad en virtud de la oficina -puede ser pasada de padre a hijo. La monarquía es como eso. Así también la aristocracia.
También lo son algunas formas de liderazgo religioso, como el sacerdocio. Pero la autoridad carismática -en virtud de cualidades personales -nunca es automáticamente entregada a través de las generaciones. Moisés era un profeta, y la profecía depende casi por completo de las cualidades personales. Eso, incidentalmente, es por qué, aunque el reinado y el sacerdocio en el judaísmo eran prerrogativas masculinas, la profecía no lo era. Había profetisas así como profetas. En este aspecto, Moisés no era inusual. Pocos líderes carismáticos tuvieron hijos que también fueron líderes carismáticos.
Una cuarta explicación ofrecida por los sabios fue bastante diferente. En principio, D-s no quería que la corona de la Torah pasara de padres a hijos en sucesión dinástica. El reinado y el sacerdocio lo hacían. Pero la corona de la Torah, dijeron ellos, pertenece a cualquiera que escoja apoderarse de ella y cargar sus responsabilidades: “Moisés nos ordenó la Torah como una herencia de la congregación de Jacob”, queriendo decir que pertenece a todos nosotros, no sólo a una élite. El Talmud explica:
“Sean cuidadosos [no descuidar] a los hijos de los pobres, porque a partir de ellos la Torah va hacia adelante…” Por qué no es usual para los eruditos tener hijos que sean eruditos?
R. Josef dijo: para que así no debería ser dicho que la Torah es su herencia.
R. Shisha, hijo del R. Idi dijo: para que así ellos no deberían ser arrogantes hacia la comunidad.
Mar Zutra dijo: porque ellos actúan despóticamente contra la comunidad.
R. Ashi dijo: porque ellos llaman a las personas asnos.
Rabina dijo: porque ellos no pronuncian primero una bendición sobre la Torah.
En otras palabras, la “corona de la Torah” era deliberadamente no hereditaria porque podía convertirse en la prerrogativa del rico. O porque los hijos de los grandes eruditos podían dar su herencia por segura. O porque podía llevar a la arrogancia y el desprecio por los demás. O porque el aprendizaje en sí podía llegar a ser un mero ejercicio intelectual en lugar de un ejercicio espiritual (¨ellos no pronuncian primero una bendición sobre la Torá¨)
Sin embargo, hay un quinto factor que vale considerar. Algunas de las más grandes figuras en la historia judía no tuvieron éxito con todos sus hijos. Abraham fue padre de Ishmael. Isaac y Rebecca tuvieron a Esav. Todos los 12 hijos de Jacob permanecieron dentro del redil, pero tres de ellos -Reuven, Shimon y Levi -decepcionaron a su padre. De Shimon y Levi él dijo, “Que mi alma no entre en su complot; que mi espíritu no se una a sus reuniones” (Génesis 49:6). En vista de ello, él estaba disociándose de ellos [1] Sin embargo, los tres grandes líderes de los Israelitas a través del éxodo -Moisés, Aarón y Miriam -eran todos hijos de Levi.
Salomón fue padre de Roboam, cuyo liderazgo desastroso dividió el reino. Ezequías, uno de los grandes reyes de Judá, fue el padre de Menasheh, uno de los peores. No todos los padres tuvieron éxito con todos sus hijos todo el tiempo. Cómo podía ser de otra manera? Cada uno de nosotros posee libertad. Todos somos hasta cierto punto, quienes escogemos llegar a ser. Ni los genes ni la crianza pueden garantizar que nosotros nos convertiremos en la persona que nuestros padres quieren que seamos. Ni es correcto que los padres deberían sobre-imponer su voluntad sobre sus hijos que hayan alcanzado la edad de la madurez.
A menudo esto es para bien. Abraham no se convirtió en un idólatra como su padre Teraj. Menasheh, el arquetipo del rey malvado, fue el abuelo de Josías, uno de los mejores. Estos son hechos importantes. El judaísmo coloca la paternidad, la educación y el hogar en el corazón de sus valores.
Uno de nuestros primeros deberes es asegurar que nuestros hijos conozcan y lleguen a amar nuestro patrimonio religioso. Pero algunas veces fracasamos. Los hijos pueden ir por su propio camino, el cual no es el nuestro. Si esto nos sucede a nosotros no deberíamos ser paralizados por la culpa. No todos tienen éxito con sus hijos, ni siquiera Abraham o Moisés o David o Salomón. Ni siquiera D-s Mismo. “He criado hijos y los he formado pero ellos se han rebelado contra Mí”. (Is. 1:12).
Dos cosas rescataron la historia de Moisés y sus hijos de la tragedia. El libro de Crónicas (1 Crón. 23:16, 24:20) se refiere al hijo de Gershom no como Yonatán sino como Shevual o Shuvael, lo cual los rabinos tradujeron como “regreso a D-s”. En otras palabras, Yonatán eventualmente se arrepintió de su idolatría y llegó a ser otra vez un judío fiel. No importa cuán lejos un hijo se ha desviado, él o ella pueden en el curso del tiempo regresar.
La otra está escondida en la genealogía en Números 3. Comienza con las palabras, “Estos son los hijos de Aarón y Moisés”, pero continúa para nombrar en la lista solamente a los hijos de Aarón. Sobre esto los rabinos dicen que debido a que Moisés enseñó a los hijos de Aarón, ellos fueron considerados como propios. En general, los “discípulos” son llamados “hijos”.
Puede que no todos nosotros tengamos hijos. Incluso si los tenemos, podemos, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, encontrarlos al menos temporalmente siguiendo un camino diferente. Pero todos podemos dejar algo detrás de nosotros que continuará viviendo. Algunos lo hacen siguiendo el ejemplo de Moisés: enseñando, facilitando o alentando a la próxima generación. Algunos lo hacen en línea con la afirmación rabínica de que “la descendencia real de los justos son las buenas obras”. [2].
Cuando nuestros hijos siguen nuestro camino deberíamos estar agradecidos. Cuando ellos van más allá de nosotros, deberíamos darle gracias especiales a D-s. Y cuando ellos escogen otro camino, debemos ser pacientes, sabiendo que el judío más grande de todos los tiempos tuvo la misma experiencia con uno de sus nietos. Y nunca debemos renunciar a la esperanza. El nieto de Moisés regresó. En casi las últimas palabras del último de los profetas, Malaquías previó un tiempo cuando D-s “volverá el corazón de los padres hacia sus hijos, y el corazón de los hijos hacia sus padres”. Los distanciados serán reunidos en fe y amor.
Referencias:
[1] Note sin embargo que Rashi interpreta la maldición como limitada específicamente a Zimri descendiente de Shimon, y Koraj, descendiente de Levi.
[2] Rashi para Génesis 6:9.
Alianza y Conversación del 5776 sobre Espiritualidad es amablemente apoyado por el Maurice Wohl Charitable Foundation en memoria de Maurice y Vivienne Wohl z¨l. Para unirse a la lista de correo del Rabino Sacks, por favor suscríbase a través de www.rabbisacks.org. También puede seguirlo en Twitter y Facebook. Su libro mejor vendido internacionalmente -´Not in God´s Name: Confronting Religious Violence´- se puede ordenar aquí
Fuente: The Times of Israel
Traducción por la Comunidad Judía de Guayaquil