Marzo 6 del 2023

Cuando el milagro de Purim se repitió… en Marruecos

EliSuli

Enlace Judío- Esta increíble historia sucedió en 1557, cuando el príncipe Sebastián se coronó como rey de Portugal. Era hijo del príncipe Juan de Portugal, y sucedió a su abuelo Joao III, cuando solo contaba con tres años. Por lo tanto, la regencia quedo a cargo de la reina viuda, Doña Catalina, hasta que, en 1568, Sebastián fue declarado mayor de edad.

El gobierno portugués había estado analizando la posibilidad de conquistar Marruecos, para poder contrarrestar el aumento de la presencia militar otomana, porque los turcos serían una amenaza contra la seguridad de las costas portuguesas, así como por razones de estrategia comercial.

Esta idea pasó a convertirse en una obsesión para el nuevo y joven rey de Portugal.

El Rey encontró el momento idóneo para invadir Marruecos:

Cuando el depuesto Sultán marroquí Muhammad Al-Mutawakil, lo invitó a participar en la recuperación de su trono, que le había usurpado Abu Marwan Abd al Malik.

Fue entonces que, Sebastián acudió en auxilio del depuesto Sultán, gastándose en ello gran parte del tesoro portugués. También contó con el apoyo económico y logístico de su tío, el rey Felipe II de España, quien aportó al proyecto muchas de sus tropas.

El ejército portugués entonces desembarcó con 17,000 soldados en el puerto de Arcila, a unos 40 km de Tánger, para dirigirse a la ciudad de Alcazarquivir, de camino de Fez.

Pero sucedió que, de entre los soldados del ejército portugués, también habían enrolados algunos “Anusim” (judíos secretos convertidos por la fuerza al cristianismo) portugueses.

Dos de esos “Anusim”, se dirigieron en secreto a los judíos de la ciudad de Alcazarquivir, para revelarles que el rey cristiano Sebastián, antes de embarcarse hacia Marruecos, había estado en una iglesia de Lisboa, y había jurado que si vencía la batalla, lo primero que haría seria obligar a todos los judíos de Marruecos a convertirse al cristianismo.

De lo contrario, “pasaría a cuchillo a todo judío que no aceptara la conversión”, tal como su bisabuelo el rey Manuel I, había hecho con la población judía de Portugal.

Cuando la comunidad judía de Marruecos se enteró del plan que estaba tramando el rey portugués, entraron en pánico. Ante tal situación, los rabinos marroquíes decretaron para todos los judíos de Marruecos un día de ayuno y de rezo, así como la reina Ester lo había hecho, implorando a DI-s por la salvación.

El 4 de agosto de 1578, tuvo lugar el inicio de la famosa “Batalla de Alcazarquivir”, o también conocida como “La Batalla de los Tres Reyes”, que enfrentó en una encarnizada guerra a las fuerzas portuguesas y a las de los dos pretendientes al trono de Marruecos.

Lo increíble fue que, en esa batalla, murieron los tres reyes.

Por un lado, los dos sultanes, quienes se disputaban el trono de Marruecos, y por el otro lado Sebastián I el rey de Portugal.

También murieron muchos de los familiares del rey Sebastián, incluso los más grandes de la nobleza portuguesa.

“Batalla de Alcazarquivir”

La muerte de los tres reyes en un mismo campo de batalla causó un gran asombro en la época.

Ese evento histórico tuvo un impacto demoledor.

Cuando la noticia de la derrota militar llegó a Portugal, el pueblo entero se vistió de luto, ya que cada familia portuguesa tenía algún miembro suyo en el ejército aniquilado.

Además, la muerte del Rey Sebastián dejo a Portugal inmerso en un gran desconcierto, ya que ese país, aparte de quedar en un vacío político, también quedo totalmente en bancarrota.

Cuando los judíos de Marruecos se enteraron de la noticia, y que fueron salvados de caer en manos de la malvada Inquisición portuguesa, vieron en esta derrota de Portugal un castigo divino contra la dinastía real portuguesa.

Eso, porque  la muerte de su ultimo descendiente sucedió en el mismo lugar donde se había refugiado la mayor parte de los judíos expulsados de Portugal.

Los soldados portugueses fueron hechos prisioneros, y vendidos como esclavos, precisamente en los mismos lugares de residencia de los judíos expulsados de Portugal, que se habían instalado en Fez.

Por este milagro, los rabinos de Marruecos decretaron que, de ahí en adelante y para siempre, de generación en generación, el 1 de Elul fuese llamado “Purim Sebastián YSV” (abreviatura de “Imaj Shemo Vezijró”, “que desaparezca su nombre y su recuerdo”) y fuera un día de alegría y de mucho regocijo, igual a la fiesta de Purim.

En ese día no se trabajaría, para poder ocuparse de dar Tzedaká (caridad), y Mishloaj Manot (regalos de comida), igual que en Purim.

Ese día, solían tirar monedas al suelo después de la lectura de la Torá, para que los niños las recogieran y se alegrasen mucho. Además, se daban regalos a los niños, y se organizaba una comida festiva.

Todo lo anterior fue escrito en una Meguilá (pergamino) del cual aún hoy día todavía existen en Israel copias, que son leídas en las sinagogas o en las casas, el primer día del mes de Elul, en recuerdo del milagro sucedido a los judíos marroquíes en el año 1578 (5338).

DI-s, una vez más, evitó la masacre de miles de judíos que hubieran prefirido morir por “Kidush Hashem” (santificando el nombre de DI-s) antes de renegar de su religión.

La Megilá de Purim de Sebastián YSV

De esta manera, se repitió el milagro de Purim.

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Fuente: Enlace Judío



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