17 Ene El Monte del Templo podría ser el símbolo de la victoria de Israel – Opinión
Vista del Domo de la Roca y del Monte del Templo en la Ciudad Vieja de Jerusalem, 29 de marzo del 2021.
Si se hubiera permitido que la bandera israelí ondeara en la cima del Monte del Templo en 1967, el conflicto podría haber terminado en ese mismo momento.
POR: Tom Nisani, JNS
La mayoría de las guerras a lo largo de la historia han comenzado y terminado simbólicamente.
Antes de que se establecieran el Estado de Israel y la entidad árabe palestina, la primera violencia en el conflicto israelí-palestino fue en los disturbios de Jerusalem en 1920, que vieron el asesinato de cinco judíos y 216 árabes. Fue el resultado de un símbolo.
La carnicería fue iniciada por el Mufti Hajj Amin al-Husseini, quien veía al Templo del Monte como el símbolo del nacionalismo panárabe y panmusulmán, con él mismo como guardián. La retórica incendiaria del Mufti aseguraba que mucha sangre judía y árabe se derramaría durante su vida y en las décadas posteriores.
Durante más de 100 años, los árabes han acaparado el Monte del Templo, un lugar que fue ignorado en gran medida por los musulmanes durante siglos, como su llamada de reunión y la ¨zona cero¨ simbólica para el conflicto israelí-árabe.
Sin embargo, para Israel, el Monte del Templo fue donde la derrota fue arrebatada de las fauces de la victoria.
En 1967, Israel registró una de las victorias más asombrosas de la historia moderna al hacer retroceder a varios ejércitos árabes, incrementando muchas veces su tamaño y liberando su corazón histórico, autóctono y ancestral en Judea y Samaria. Sin embargo, fue en Jerusalem donde la victoria podría haberse asegurado simbólicamente.
Al poner enormes recursos en la redención de la antigua capital judía, Israel demostró un compromiso firme con los simbólico por encima de lo estratégico. Esto llegó a un punto crítico cuando un joven oficial israelí, Ezra Orni, colocó una bandea israelí en lo alto del Domo de la Roca.
Como en la mayoría de las guerras a lo largo de la historia, la colocación de una bandera significa victoria y muestra a los vencidos que han sido derrotados. El territorio debajo de la bandera está ahora bajo el control de los vencedores.
Sin embargo, cuando el entonces ministro de defensa israelí, Moshe Dayan, vio la bandera a través de binoculares, inmediatamente ordenó que la quitaran porque, afirmó, incendiaría a todo Medio Oriente.
La decisión de Israel de bajar la bandera y entregar la administración del Monte del Templo al Waqf islámico fue el momento en que los derrotados obtuvieron un rayo de esperanza de que no todo estaba perdido. Vieron que, a pesar de la heroica victoria de los judíos y la destrucción absoluta de los ejércitos árabes, los judíos todavía temían a sus enemigos.
Este rayo de esperanza no ha hecho más que aumentar a lo largo de los años a medida que crece la aquiescencia israelí hacia las demandas árabes y musulmanas sobre el Monte del Templo.
Los árabes ven a los policías israelíes sacar a los judíos del Monte del Templo por decir unas pocas palabras de oración en silencio, el Waqf decide que los judíos no pueden beber de las fuentes de agua públicas, los no musulmanes son forzados a usar una marca amarilla en su ropa que simboliza la humillación del dhimmi [N.T. Adeptos a otra religión] y cualquier tipo de disturbio pone en vereda a los tomadores de decisiones israelíes.
En resumen, el así llamado status quo sobre el Monte del Templo, ha sido armado para obtener victorias palestinas y concesiones israelíes.
Cuando el nuevo ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, ascendió al Monte durante 12 minutos poco después de asumir el cargo, como alguno de sus predecesores habían hecho, la apropiación de este no-evento para propósitos simbólicos por parte de los líderes palestinos y las disculpas de los tomadores de decisiones y formadores de opinión israelíes fueron tristemente predecibles.
Una vez más, escuchamos de numerosas cabezas parlantes que tales acciones inflamarían a Medio Oriente. La visita de Ben-Gvir fue condenada por los hipócritas en la comunidad internacional que piden la continuación del status quo y luego atacan a Israel y a los judíos por adherirse a ella.
Sin embargo, la ascensión de Ben-Gvir fue un momento poderoso que podría permitir que Israel recobre el impulso en su centenaria guerra contra la violencia y el negacionismo palestino.
Para los árabes, el Monte del Templo es donde esta guerra comenzó. Que un alto funcionario israelí desafíe sus amenazas es una victoria simbólica importante.
Durante demasiado tiempo, los políticos han seguido el ejemplo de Dayan. Se han comprometido y cedido frente a amenazas reales o imaginarias.
Nunca sabremos si el conflicto pudría haber terminado con el izamiento histórico y permanente de la bandera israelí en el Monte del Templo en 1967. Sabemos que, a pesar de la abrumadora victoria militar, el conflicto no fue aceptado por los enemigos de Israel.
Quizás Israel puede empezar a hacer retroceder lo que los negacionistas palestinos ven como una creciente humillación judía y la capitulación israelí. Puedo hacerlo reafirmando su soberanía sobre el Monte del Templo, un sitio ganado, pero no completamente liberado.
Espero que más líderes israelíes, religiosos y seculares, de derecha e izquierda, comprenderán el simbolismo del Templo del Monte y ascenderán. Pueden adherirse al status quo, pero no a las amenazas de violencia.
Estos simples, pero importantes actos podrían enviar un mensaje fuerte y determinado a aquellos que buscan un futuro sin soberanía judía, de que no seremos eliminados.
Tom Nisani es el CEO del movimiento del Monte del Templo Beyadenu y miembro del Proyecto Victoria de Israel.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: World Israel News