06 Ene El nuevo ministro de Defensa de Israel se enfrenta a nuevos desafíos internos – análisis
Yoav Galán.
Además de Irán y de Judea y Samaria, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, deberá tratar con otros problemas: Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich.
Por HERB KEINON
Ser el ministro de defensa de este país es una tarea muy difícil, incluso en los momentos más fáciles.
El trabajo implica tomar decisiones de vida o muerte que afectan el destino de millones, administrar una burocracia masiva y estar a cargo del ministerio con el presupuesto más grande del país.
Y, de nuevo, todo en momentos fáciles.
Pero con Irán al borde de las armas nucleares, con la llamada “guerra entre guerras” que continúa sin cesar en Siria, y con Judea y Samaria al borde de una explosión, ciertamente no estamos en medio de tiempos fáciles. Como si todo eso no fuera desafío suficiente para el nuevo ministro de defensa, Yoav Gallant, ahora también tendrá que lidiar con batallas territoriales en una escala a la que ningún otro ministro de Defensa se ha enfrentado antes.
La decisión del Gobierno de quitarle al ministerio de Defensa la autoridad sobre la Policía de Fronteras y entregárselo al Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y nombrar al ministro de finanzas Bezalel Smotrich como ministro en el Ministerio de Defensa con autoridad sobre la Administración Civil y sobre la Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios, agrega desafíos adicionales a los ya tradicionales, enfrentados siempre por el ministro de Defensa de este país. Es similar a sumar otros artículos a un plato que ya se está desbordando.
El entonces líder del partido Unión Nacional, el parlamentario Betzalel Smotrich, y el abogado Itamar Ben-Gvir asisten al evento de campaña electoral del partido Otzma Yehudit en Bat Yam, el 6 de abril de 2019.
Que Gallant ya es muy consciente de estos nuevos desafíos se hizo evidente el domingo, cuando luego de asumir formalmente el Ministerio de Defensa de mano de su predecesor, Benny Gantz, fue citado durante su primera reunión con los altos mandos de las Fuerzas de Defensa de Israel diciendo que “no permitiré ningún daño a la cadena de mando”, y que “cada oficial en el ejército tiene un comandante: el jefe de Estado mayor.»
Esto demostró que ya desde su primer día en el cargo, Gallant sintió la necesidad de dejar de lado las preocupaciones sobre posibles cambios en la cadena de mando como consecuencia de que Smotrich y Ben-Gvir obtengan autoridad sobre áreas que alguna vez estuvieron dentro del ámbito del ministro de defensa.
La cadena de mando jerárquica, esencial para cualquier ejército que funcione bien, siempre ha sido un hecho aquí. Pero ahora, dado que Smotrich nombrará a los generales que lideran COGAT y a la Administración Civil, ha surgido una pregunta: ¿A quién responderán estos designados, al jefe de Estado mayor o a Smotrich? Esto no es algo con lo que los ministros de defensa tuvieran que lidiar o preocuparse en el pasado.
Asimismo, colocar la autoridad de la Policía Fronteriza en Judea y Samaria bajo el control de Ben-Gvir en vez de bajo el mando del jefe de estado mayor y del ministro de defensa, creará para Gallant nuevos desafíos que sus predecesores nunca enfrentaron.
Por ejemplo, hay informes de que Ben-Gvir quiere trasladar toda una división de la Policía Fronteriza desde Judea y Samaria hasta el Negev para hacer frente a la delincuencia y a la anarquía allí. Pero ¿y qué si el jefe de Estado mayor se opone porque necesita esa mano de obra? ¿Quién tiene la última palabra?
El ministro de Defensa de Israel todavía necesita tratar con Irán y los palestinos
Problemas como estos, que requerirán la atención de Gallant, agregan elementos a una lista ya larga de elementos básicos regulares con los cuales el ministro de defensa tiene que lidiar: en primer lugar, Irán.
Desde que Shaul Mofaz se desempeñó como ministro de defensa de Ariel Sharon en 2002, todos los ministros de defensa han tenido que prepararse para la posibilidad de una acción militar para frustrar el programa nuclear de Irán. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha dicho en varias entrevistas con medios extranjeros, desde las elecciones del 1 de noviembre, que impedir que Irán adquiera armas nucleares es la principal razón por la cual quería volver por tercera vez. Como resultado, este será un enfoque significativo y una preocupación para Gallant.
A este hecho se refirió en la ceremonia de traspaso de poder el domingo pasado en el Ministerio de Defensa en Tel Aviv, cuando dijo que Irán está “empujando con fuerza hacia un arma nuclear junto a reiteradas declaraciones de sus aspiraciones para destruir al Estado de Israel”.
Gallant deberá trabajar en estrecha colaboración con los Estados Unidos para tratar con Irán, tal como lo hizo Gantz. Vale la pena recordar que, en los primeros días de las negociaciones de la coalición, Smotrich estaba siendo considerado como un posible ministro de Defensa. Estados Unidos dio a conocer su oposición a tal posibilidad al insinuar que no trataría con el Smotrich de extrema derecha.
En cambio, Smotrich recibió el Ministerio de Finanzas, con un pequeño punto de apoyo en el Ministerio de Defensa, permitiendo que la relación vital entre el Ministerio de Defensa y el Pentágono continuara ilesa. Y esta relación es crítica para Israel. Gallant no solo discutirá Irán con los estadounidenses, sino que además discutirá proyectos conjuntos, desarrollo de armas y adquisiciones.
El ministro de defensa es un actor crucial en las relaciones entre Estados Unidos e Israel, y todos los indicios sugieren que los estadounidenses no tendrán problemas, de hecho, prefieren tratar con Gallant que con algunas de las otras opciones que se estaban discutiendo en los primeros días de la negociación de la coalición.
Luego está el tema palestino. Gallant toma las riendas del Ministerio de Defensa cuando la situación de seguridad en Judea y Samaria sigue siendo volátil y tensa, se enfrentará al desafío gemelo de tratar de mantener a raya el terrorismo palestino en un momento en que hay maniobras por el poder entre las facciones palestinas para el día en que el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas abandone la escena; y mantener un control sobre los extremistas judíos en Judea y Samaria quienes pueden sentirse repentinamente exaltados por la composición del presente gobierno.
Esa visita de Ben-Gvir al Monte del Templo resume uno de los desafíos claves que enfrentará Gallant ahora: lidiar con las consecuencias de seguridad y las repercusiones de las acciones que los socios en su propia coalición, principalmente el Partido Sionista Religioso y Otzma Yehudit, iniciarán.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Jerusalem Post