21 Dic Juegos de Patriotas: Los misiles estadounidenses se dirigen a Ucrania y aumenta la presión sobre Israel
POR: Amos Harel
Se ve un sistema de defensa antimisiles Patriot en el aeropuerto de Sliac, en Sliac, cerca de Zvolen, Eslovaquia, en mayo.
Estados Unidos puede mostrar más tolerancia hacia las ventas israelíes de sistemas de defensa aérea a Europa – no solo debido a Rusia, sino por una crisis más amplia en Occidente ■ Cuál es el estado de la flota de aviones F-35 de Israel, y cómo el mercado global aguarda un nuevo sistema de defensa
Según informes de los medios de comunicación estadounidenses esta semana, la administración Biden se acerca a una decisión sobre el suministro de misiles Patriot a Ucrania. Los Patriot, que los israelíes recordarán como una combinación de apoyo simbólico estadounidense y de una utilidad práctica menor en la Guerra del Golfo de 1991, han sufrido desde ese entonces varias encarnaciones y mejoras. Ucrania los necesita para reducir el daño infligido por los misiles rusos, a los cuales en estos últimos dos meses se han sumado cientos de drones de fabricación iraní.
Ucrania mantiene sus expectativas de recibir una ayuda similar de Israel, que, hasta hace muy poco, tomaba la forma de solicitudes para el suministro de sus baterías Iron Dome. Sin embargo, esto no sucederá, principalmente porque Israel cree que no tendría suficientes baterías antimisiles para defenderse a sí mismo ante una emergencia.
Sin embargo, a Washington se le ocurrió recientemente una nueva idea: que Israel suministre a Ucrania defensas alternativas, como los sistemas Barak (¨Relámpago») y SPYDER (Python de superficie al aire y Derby). El Barak, que es utilizado por la armada israelí para ayudar a defender las plataformas de gas del Mediterráneo, derribó con éxito drones lanzados por Hezbollah en julio pasado. En octubre, se informó que Israel había suministrado los sistemas Barak y SPYDER a los Emiratos Árabes Unidos, luego de un ataque con drones por parte de los insurgentes hutíes respaldados por Irán en Yemen.
SPYDER, un sistema de defensa aérea fabricado por Rafael.
Lo que todos estos sistemas tienen en común, además de un nivel relativamente alto de efectividad, es que se requiere un largo período de entrenamiento para operarlos. No estamos hablando de nada parecido a los misiles Stinger que los estadounidenses suministraron a los muyahidines en Afganistán, en el año 1980, para contrarrestar los aviones soviéticos. Pero los ucranianos tienen tiempo más que suficiente para aprender: Los rusos no irán a ninguna parte y, además, el ejército ucraniano ha demostrado un impresionante profesionalismo en su capacidad para integrar nuevos medios de combate.
Durante meses, Israel ha resistido la presión de Estados Unidos y de Ucrania para reforzar su ayuda militar a Kyiv. Se conforma con trasladar material defensivo y civil, y ha declarado que no tiene ninguna intención de vender armas que matarán a los soldados rusos.
Washington sostiene que los sistemas de defensa aérea estarán dirigidos principalmente hacia los drones, y como tal, salvarán vidas en lugar de quitarlas. También existen cuestiones de inteligencia y de saber cómo realizar el operativo. Los ucranianos afirman haber derribado más del 50 por ciento de los drones iraníes que los rusos han lanzado contra ellos. La orientación y ayuda israelí podrían mejorar esas cifras.
Al mismo tiempo, es posible que Estados Unidos muestre una mayor flexibilidad con respecto a la venta de sistemas de defensa israelíes a los países europeos, que se sienten amenazados por la postura agresiva del Kremlin. En los últimos meses, Washington ha hecho muy difícil que Israel pueda vender misiles antibalísticos Arrow 3 a Alemania, ya que la participación estadounidense en el desarrollo de dicho proyecto, le dio a Estados Unidos un poder de veto sobre tales acuerdos. (Washington a menudo interviene en estas transacciones para proteger los intereses comerciales de las empresas estadounidenses, aunque no lo admite públicamente).
La flexibilidad de los estadounidenses deriva del deseo de esta administración de ayudar a los ucranianos a repeler a las fuerzas rusas. Sin embargo, una crisis más amplia se avecina en el fondo, en lo que respecta a toda la industria de defensa en Occidente. El colapso del Bloque del Este en la década de 1990 y el auge del terrorismo islámico en las décadas siguientes, llevó a la mayoría de los gobiernos europeos a reducir su gasto en adquisiciones militares convencionales (desde tanques y artillería hasta misiles antiaéreos) y centrarse en los esfuerzos antiterroristas.
En este momento, tanto Rusia como Ucrania están experimentando una tremenda erosión de los medios de combate en su poder, mientras que los otros países europeos están observando los acontecimientos en la parte oriental del continente y están tratando de dar más importancia a las adquisiciones militares.
Junto al esfuerzo para equipar rápidamente a los ucranianos, Estados Unidos y Europa están interesados en la expansión y renovación de sus propias líneas de producción militar, con el fin de prepararse para lo que está por venir. Esto se debe no sólo a la invasión de Rusia, sino también a un aumento de las tensiones entre Estados Unidos y China.
El New York Times informó la semana pasada que algunos países de la OTAN están tratando ahora de ampliar y de fortalecer sus «ejércitos bonsai»: fuerzas consideradas demasiado pequeñas para proteger de manera efectiva estados, remarcando que son en gran parte decorativas, como la planta japonesa homónima. Se estima que se dispara más munición en un día de combates en Ucrania que lo que se ha disparado en un mes de combates durante la guerra en Afganistán. Esta nueva realidad está, por supuesto, invitando a la industria defensiva israelí, cuyas exportaciones continúan batiendo récords cada año.
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F-35. Frank St. John, director de operaciones globales de Lockheed Martin, quien habló con Haaretz la semana pasada luego del acuerdo para desarrollar un sistema antimisiles basado en láser, también se refirió en esa charla a la velocidad con la que la fuerza aérea israelí está adquiriendo aviones F-35 fabricados por la empresa.
Israel, dijo, es uno de los mayores líderes mundiales en la escala de operaciones de aviones avanzados. Hasta la fecha, la fuerza aérea ha registrado una cantidad acumulada de 17.000 horas de vuelo. En comparación con otros países, agregó, Israel también se destaca en cuanto al uso de los aviones para misiones operativas.
Un F-35 durante un ejercicio militar israelí, 2021.
Hace unos años, la fuerza aérea publicó una fotografía de un F-35 en una misión operativa en el Mediterráneo, con las costas de Beirut de fondo. Esta semana, cuando el jefe de estado mayor, Aviv Kochavi habló sobre un ataque sucedido en la frontera entre Siria e Irak, uno podría especular qué tipo de avión de múltiples usos podría haber participado en esa actividad. Mientras tanto, han pasado ya seis años desde la primera entrega de un F-35 a la fuerza aérea israelí.
Hasta la fecha, los estadounidenses han proporcionado a Israel 36 de los 50 aviones (dos escuadrones) que han prometido. Se espera que las negociaciones entre ambos países para la adquisición de un tercer escuadrón se reanuden en un futuro próximo, aunque se llevarán a cabo conversaciones en paralelo con las de adquirir otro escuadrón de aviones F-15 fabricados por la empresa rival Boeing.
Puño de Hierro (en hebreo: “Flecha puercoespín”). El Ministerio de Defensa y las Fuerzas de Defensa de Israel emitieron esta semana una declaración conjunta sobre la culminación exitosa de una serie de pruebas operativas para el Sistema de intercepción Iron Fist. Este es un sistema de defensa activa, fabricado por Elbit, que tiene como objetivo proteger a los vehículos blindados que transportan personal de Eitan y a las orugas D-9 al servicio de las Fuerzas de Defensa de Israel, contra las amenazas que plantean los misiles antitanques.
El sector de defensa está proyectando un optimismo considerable sobre las perspectivas de completar el proyecto, como una capa de protección suplementaria para los vehículos blindados, además del sistema de protección de escudo blindado activo Trophy fabricado por Rafael Advanced Defense Systems, que ha sido instalado en los tanques Merkava de Israel.
Sin embargo, esta realidad está muy lejos de la situación del pasado. Hace doce años, la edición hebrea Haaretz publicó un extenso informe de investigación que criticaba la decisión del sector de defensa de congelar el proyecto Iron Fist. El sistema – luego desarrollado por Israel Military Industries (que desde entonces ha sido adquirida en gran parte e incorporada a Elbit Systems) – fue calificado como «brillante», pero el Ministerio de Defensa decidió centrarse en Trophy, y desde entonces se puso en marcha un amplio proyecto de adquisiciones en las Fuerzas de Defensa de Israel.
En conjunto, incluidas las ventas hacia el exterior, este es un mercado que vale cientos de millones de dólares. Para Israel Military Industries, – que estaba luchando con enormes pérdidas en ese momento– la interrupción de su proyecto, que fue diseñado para Namer APC, llegó como una noticia particularmente mala.
La enmienda llegó algunos años más tarde, en parte a causa del incidente de Shujaiyeh. Los APC obsoletos utilizados por la Brigada Golani, que se evaporaron cuando entraron en ese vecindario en el este de la Franja de Gaza durante la Operación Margen Protector en 2014, dejó en claro para las Fuerzas de Defensa de Israel la necesidad de proteger también a las fuerzas que se desplazan en vehículos más ligeros. Teniendo en cuenta el interés renovado en el fortalecimiento de los ejércitos europeos, parece que el amplio mercado mundial nuevamente espera los desarrollos israelíes.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: Haaretz
