22 Nov Ochenta años después, la poco conocida historia de la ocupación nazi de Túnez
Por: Sarah Abrevaya Stein
Los soldados de infantería del Octavo Ejército Británico avanzan a través de una brecha en el campo minado nazi frente a la Línea Mareth en Túnez, el 25 de marzo de 1943.
Entre noviembre de 1942 y mayo de 1943, las SS encarcelaron a 5,000 hombres judíos en aproximadamente 40 campos de trabajo forzado y detención en las líneas del frente y en ciudades como Túnez.
THE CONVERSATION a través de AP.- Hace ochenta años, en noviembre de 1942, los nazis ocuparon Túnez. Durante los siguientes seis meses, los judíos y musulmanes tunecinos fueron sujetos al reinado de terror del Tercer Reich, así como a su legislación antisemita y racista. Los residentes vivían con miedo -¨bajo la bota nazi¨, como el abogado judío tunecino, Paul Ghez, escribió en su diario durante la ocupación.
Uno de nosotros es un historiador: uno de nosotros es un antropólogo. Juntos, hemos pasado una década reuniendo las voces de los diversos pueblos que soportaron la Segunda Guerra Mundial en el África del Norte, a través de raza, clase, idioma y región.
Sus cartas, diarios, memorias, poesías e historias orales son tanto desafiantes como rotas. Expresan tanto fe como desesperación. En definitiva, se entendieron atrapados en una monstruosa máquina de fascismo, ocupación, violencia y racismo.
Cuando la mayoría de los estadounidenses piensan en las pesadillas de la guerra o del Holocausto, piensan estrictamente en Europa. Sin embargo, el odio tiene una rueda de color cambiante -y aprendemos algo nuevo cuando observamos su giro en el tiempo de guerra en África del Norte.
Cruzando el mar
La historia de los judíos asentándose en el Norte de África comienza tan temprano como en el siglo VI Antes de la Era Común, después de que el Primer Templo en Jerusalem fue destruido.
Otra importante ola de inmigrantes siguió a la Inquisición española. Al inicio de, la Segunda Guerra Mundial, una diversa población judía norafricana de aproximadamente 500,000 personas coexistían con los vecinos musulmanes.
Un soldado nazi parado en una calle en Túnez, bastión del eje en Túnez, 9 de enero de 1943, mientras los residentes locales pasan junto a él en una calle.
Los judíos de África del Norte hablaban muchos idiomas, reflejando sus muchas culturas y etnias diferentes: árabe, francés, tamazight -un idioma bereber -y Haketia, una forma de judeo-español hablado en el norte de Marruecos. Aunque un gran número de judíos norafricanos, particularmente en Argelia, disfrutaban los privilegios de la ciudadanía francesa y otras occidentales, la mayoría siguió siendo súbditos de los líderes locales.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial, aquellos que tenían ciudadanía francesa fueron despojados de ella. Tres potencias europeas gobernaron África del Norte durante la guerra, todas brutalmente.
Marruecos, Argelia y Túnez estuvieron, durante la mayor parte del conflicto, en manos de la Francia de Vichy. Este gobierno autoritario, que colaboró con la Alemania nazi, se formó en julio de 1940 mediante un armisticio, después de la exitosa invasión de Francia por parte de Alemania. Fue gobernado por el mariscal Henri Philippe Pétain, un héroe francés de la Primera Guerra Mundial, desde la ciudad sureña de Vichy.
Todas las leyes antisemitas y racistas que el régimen Vichy impuso en la Francia continental, se extendieron a sus colonias en el norte y occidente de África, expulsando a los judíos de los sectores profesionales, despojándolos de la ciudadanía -si la tenían -y confiscando las propiedades, negocios y activos de los judíos.
El régimen Vichy también continuó sus políticas racistas empezadas por la Tercera República de Francia, que empujó a los jóvenes negros del imperio al servicio militar forzado -y a los puestos mas peligrosos de la guerra. Estos reclutas forzados incluían a soldados de Senegal, Guinea Francesa, Costa de Marfil, Níger y Mauritania; los territorios franceses en los actuales Benin, Gambia y Burkina Faso; y los hombres musulmanes de Marruecos y Argelia.
Una patrulla de combatientes coloniales franceses marcha junto a una cerca de alambre de púas que divide una zona prohibida al público, 16 de septiembre de 1942, en Dakar, África Occidental francesa.
De esta manera, los franceses llevaron a cabo una campaña de guerra islamofóbica y contra los hombres negros, combinando estas formas de odio racial de la época colonial con el antisemitismo. El antisemitismo tenía profundas raíces en Francia y la historia colonial, pero encontró nueva fuerza en la era del fascismo.
La política antisemita y contra los negros también fue la base del gobierno fascista italiano de Benito Mussolini, que gobernó sobre Libia durante la guerra. Italia probó por primera vez sus políticas racistas en su colonia del este de África italiana, segregando a las poblaciones negras locales de los colonos italianos. El régimen de Mussolini luego reformuló estas políticas de odio racial para Libia, donde expulsó a los judíos de las profesiones y la economía, confiscó propiedades de miles y los deportó a campos de trabajo e internamiento. Los niños, mujeres y hombres judíos murieron de inanición, enfermedades, hambre y trabajos forzados.
Campos en suelo africano
La Alemania nazi ocupó Túnez de noviembre de 1942 a mayo de 1943. Durante este período, las SS -la guardia de élite del régimen nazi -encarceló a unos 5,000 hombres judíos en aproximadamente 40 campos de trabajos forzados y detención en las líneas del frente y en ciudades como Túnez. Las tropas alemanas también aterrorizaron a las niñas y mujeres musulmanas y judías que se quedaron atrás.
El Tercer Reich no se propuso deportar judíos desde África del Norte a sus campos de la muerte en Europa Oriental, pero cientos de judíos de ascendencia norafricana y algunos musulmanes que estaban viviendo en Francia sí encontraron este destino. Fueron deportados primero a los campos de internamiento de Drancy, en las afueras de Paris, y envidados desde ahí a los campos de concentración y exterminio. Muchos murieron en Auschwitz.
Estos eran campos en África del Norte y África Occidental, también. Además de los campos fascistas italianos construidos en Libia, la Francia de Vichy y la Alemania nazi tenían campos penales, campos de detención y campos de trabajo.
Solo el régimen de Vichy construyó 70 de dichos campos en el Sahara, insuflando nueva vida a la ambición colonial de construir un ferrocarril transahariano para conectar las costas atlántica y mediterránea. El régimen Vichy lo veía como un conducto para abastecer a las líneas del frente con soldados negros senegaleses reclutados a la fuerza.
En estos campos, como en los campos nazis de Europa Oriental, la compleja lógica racista del nazismo y el fascismo tomó forma vívida. Los musulmanes arrestados por actividades anticoloniales fueron obligados a realizar trabajos agotadores junto con los judíos y cristianos que habían huido de la Europa desgarrada por la guerra, sólo para encontrarse arrestados en África del Norte.
Estos hombres se sentaron a la mesa con otros trabajadores forzados de todo el mundo, incluidos combatientes que se habían ofrecido como voluntarios del Ejército Republicano de España durante su guerra civil. Estos ucranianos, estadounidenses, alemanes, judíos rusos y otros habían sido arrestados, deportados y encarcelados por el régimen de Vichy después de huir de la España de Franco. También había enemigos políticos de los regímenes de Vichy y nazi, incluidos socialistas, comunistas, miembros de sindicatos y nacionalistas norafricanos. Los niños y mujeres eran encarcelados también.
Llamas y humo brotan de la quema de suministros (en el fondo) después de que los aviones nazis bombardearon una base aérea Aliada cerca de Souk El Arba, Túnez, 16 de febrero de 1943. A media distancia está un avión aliado destrozado: blanco en primer plano está un cañón antiaéreo no tripulado.
Entre esta mescolanza de prisioneros, muchos eran refugiados que huyeron de Europa, por su judaísmo o porque eran enemigos políticos del Tercer Reich. Los prisioneros eran vigilados por los soldados franceses de Vichy, así como por hombres marroquíes y senegaleses negros locales reclutados a la fuerza, que a menudo eran poco menos que prisioneros ellos mismos. Algunas veces los campos de prisioneros interactuaban con las poblaciones locales: musulmanes y judíos saharianos que les proporcionaban atención médica, cementerios, comida y sexo por dinero.
El nazismo en Europa estuvo sustentado por una intricada matriz de ideas racistas, eugenistas y nacionalistas. Pero la guerra -y el Holocausto -parecen aún más complejos si los historiadores toman en consideración la racista y violenta rueda de color que giraba en el norte de África.
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Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Times of Israel