11 Dic Israel no debe ceder a la presión
Análisis. Los nuevos métodos de las FDI, percibidos por error como «un cambio de rumbo» tiene como objetivos reducir las pérdidas entre tropas y evitar matanza de civiles. EE.UU. aún no impone un límite de tiempo e Israel no debe repetir errores.
Dado que el fuego se reanudó, parece que las FDI avanzan arrastrando los pies y no actuando a una velocidad que les permita presentar una victoria dentro del plazo fijado por los estadounidenses y la comunidad internacional.
Ahora, se observa una alarmante falta de sincronización entre el reloj político que corre a gran velocidad y el reloj de decisiones militares que avanza lento. Este escenario se creó, en parte, debido a grandes medios de comunicación que están ávidos de logros, y a la presión de las familias de secuestrados que exigen el fin de los combates y pagar cualquier precio por sus seres queridos.
En la segunda etapa de la guerra, Israel avanza de manera cautelosa por la Franja de Gaza. (Portavoz de las FDI)
Pero sería un grave error si el gabinete de guerra y el gobierno sucumbieran a la presión, como ocurrió con la Segunda Guerra del Líbano. Allí, el gobierno tomó decisiones sobre operaciones y otros movimientos militares por presión de la opinión pública, y todas ellas -casi sin excepción- terminaron con bajas y llevo a que la guerra finalizara sin que Hezbolá fuera retirado de la frontera.
Israel tuvo que conformarse con la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que ahora, sabemos que es una hoja de papel en blanco.
Los errores del verano de 2006 no deben repetirse. El público debe mostrar paciencia y comprender que la aparente lentitud con la que avanzan las FDI que operan en Gaza se debe a tres factores.
El primero tiene sus raíces en el deseo de evitar bajas y víctimas tanto como sea posible. Se trata de un método de lucha deliberadamente lento diseñado para matar a tantos miembros de Hamás como sea posible. Además, la lenta operación busca evitar víctimas por el fuego de nuestras fuerzas, lo que en la jerga militar se conoce como «dutz» (fuego de doble cara).
Una segunda razón es que los terroristas de Hamás utilizan la táctica del «enemigo desaparecido». Tan pronto como las FDI avanzan, ellos bajan a los túneles y llevan a cabo combates esporádicos: de vez en cuando emergen de pozos entre las fuerzas, disparan o colocan una bomba y regresan al túnel.
Ataque de las FDI sobre la Franja de Gaza. (Portavoz de las FDI)
Esta táctica sirve a una estrategia deliberada en el marco de la cual Hamás busca lograr la victoria retrasando el tiempo y dañando inevitablemente a los no involucrados, hasta que la comunidad internacional y especialmente los Estados Unidos obliguen a Israel a detener la guerra y rendirse para poder permanecer en el poder en la Franja y extorsionar por sus prisioneros.
Una tercera razón por la que las FDI están actuando con lentitud es el deseo de evitar posibles daños a secuestrados. La afirmación de los familiares de que los combates deberían detenerse en el fin de minimizar el peligro para los secuestrados no carece de lógica, pero deben comprender que la única posibilidad de liberarlos con vida es dentro de un plazo razonable.
Un plazo razonable se basa en una presión militar cada vez mayor. Hamás sigue abusando de las familias y del público israelí en general, para obtener cada vez más concesiones y un tiempo precioso que le permitirá, bajo los auspicios de la comunidad internacional, permanecer en el poder en Gaza.
Continúan las operaciones de las FDI al norte y el sur de la Franja de Gaza. (Portavoz de las FDI)
Quienes estén interesados en la liberación de los secuestrados deberían apoyar una creciente presión militar, y eso es lo que hacen las FDI en el marco del mantenimiento de la seguridad de las fuerzas.
Pero contrariamente a lo que aparece en los informes de los medios y en las declaraciones públicas de altos funcionarios de la administración en Washington, actualmente no se impuso ningún límite de tiempo a Israel.
La declaración del secretario de Estado, Anthony Blinken, de que solo quedan «unas pocas semanas de guerra» está destinada más a los oídos del ala progresista-liberal del Partido Demócrata del presidente Biden que a un dictado al gobierno israelí. Aunque ciertamente les gustaría que así fuera.
La administración Biden en todas sus ramas tiene un claro interés en que Hamás no permanezca en Gaza después de los combates, del mismo modo que en su momento Estados Unidos tenía el mismo interés contra ISIS y Al Qaeda. Por lo tanto, no existe una presión significativa sobre Israel.
Tropas de las FDI. (Portavoz de las FDI)
La única limitación que impone la administración estadounidense es el requisito de tener cuidado y no causar matanzas masivas de civiles.
Por todas estas razones, el público no debe mostrar impaciencia ante el ritmo de avance de la guerra y no debe presionar al gobierno. Las FDI deberían recibir una ventana de tiempo de EE.UU., y también del público israelí.
Debe recordarse que el gobierno y el gabinete ampliado están ocupados por personas que en su mayoría no saben (por decirlo suavemente) cómo funciona un ejército y qué se puede lograr. Toman decisiones sobre los combatientes en el campo de batalla sin tener ningún entrenamiento mínimo para eso. La presión pública se traduce inmediatamente en su presión política para detener los combates o acortarlos sin que se logren los objetivos.
Ataque de las FDI en la Franja de Gaza. (Ynet)
Es por eso que nosotros en los medios de comunicación, y también el público, la mayoría de los cuales comprende lo que hacen los soldados de las FDI en el campo de batalla y sabemos que el camino aún es largo, debemos evitar mostrar impaciencia y exigir una gratificación inmediata.
Esto es guerra, y en la guerra se necesita calma y determinación tanto de quienes toman las decisiones como del público.
Fuente: Ynet Español