28 Nov Europa y los judíos: ¿Se acerca la ruptura?
La tendencia es clara: la demografía europea está cambiando, los inmigrantes de países árabes siguen dominando las calles y la atmósfera antiisraelí se está convirtiendo en antisemitismo.
Casi 60 años después de que los últimos judíos abandonaron los países árabes, hay crecientes señales de que en un futuro previsible podrían verse obligados a decir adiós, nuevamente, a los países donde vivieron durante cientos de años. Décadas de relativa tranquilidad en Europa y de establecimiento de grandes comunidades, principalmente en Francia, Inglaterra y Alemania, probablemente llegaron a su fin, y el clima demográfico -y especialmente la presión antiisraelí, que rápidamente se está volviendo antisemita- está aumentando.
Cuando Benjamin Ze’ev Herzl publicó su libro El Estado de los judíos, a finales del siglo XIX, el 90% de los judíos del mundo vivía en Europa. Incluso, en los años posteriores al Holocausto, los judíos europeos constituían alrededor del 35% del mundo. Hoy en día, sólo el 9% de los judíos del mundo permanece en el continente: alrededor de 1,2 millones, y la tendencia es clara.
Ocupación de monumentos franceses por manifestantes propalestinos.
(Aurelien Morissard)
La comunidad más destacada es Francia, con cerca de 440 mil judíos, la mayoría concentrados en las grandes ciudades. A pesar de que es la comunidad más grande de Europa, con muchas instituciones y una larga tradición en el país, el Dr. Dov Maimon, experto en Europa del Instituto de Política del Pueblo Judío, afirma que es la que se encuentra en mayor peligro: «El territorio habla por sí solo. Hay diez millones de musulmanes en Francia, la gran mayoría de los cuales son hostiles a Israel y a los judíos. Entre ellos, también se encuentran veteranos y extremistas de ISIS, que crecen en los suburbios donde la policía no se atreve a entrar. Vimos la promoción de esto en los recientes disturbios, después de que la policía matara a un joven musulmán. No hace falta mucho para que la multitud que estaba furiosa en las calles en ese momento fuera contra los judíos y les hiciera daño. Desde el comienzo de la guerra, hubo un aumento espectacular de los incidentes antisemitas y no hay garantía de que no se extienda a lugares más violentos y peligrosos. La comunidad estuvo viendo este proceso durante años, pero a partir del 7 de octubre cobró impulso. Desde ese día, hubo un aumento del 400% en el número de casos de inmigración abiertos para la inmigración a Israel».
Por otro lado, parece que las autoridades y las fuerzas de seguridad se toman en serio el tema y también se celebró una gran marcha masiva contra el antisemitismo.
-Eso es cierto, pero en la práctica, por supuesto, no se puede poner un policía sobre cada judío, cada sinagoga o cada restaurante kosher. No se puede proteger todo, y la verdad es que vivir todo el tiempo con un ojo abierto y estar en alerta constante, también es abrasivo. Hay que entender que no siempre se trata de ataques con armas o violencia física; pero tomemos un ejemplo de la semana pasada: unos tipos agresivos entraron en la universidad de Toulouse y, simplemente, empezaron a preguntar a cada estudiante si eran proIsrael o proHamás. Es un acto que causa inseguridad y resentimiento.
Exclusión social progresiva
Según Maimon, lo que se ve en Europa y provoca aún más deseos de emigrar es una progresiva exclusión social de los judíos. «Los judíos están regresando al período anterior al Holocausto, cuando estaban en posiciones más marginales», afirmó. «Pueden tener negocios privados y, por supuesto, estar activos dentro de la comunidad, pero son cada vez menos parte de la sociedad y de la cultura general. En Francia quieren que dejes tu identidad personal en casa, y esto también se refleja en la integración pública de los judíos. Saben, por ejemplo, que cualquier expresión o identificación con Israel, les implicará pagar inmediatamente un precio en el nivel de popularidad o, incluso, en el número de seguidores en las redes sociales. Aun los judíos destacados entienden que ‘es mejor bajar el perfil’. Muchos bajaron mezuzá de las puertas exteriores; otros piden no recibir entregas a domicilio, sino venir a recogerlas por correo, y casi todos evitan tomar taxis Uber, porque la mayoría de los conductores son musulmanes», sostuvo.
Fuerzas de seguridad, en los Campos Elíseos. En Francia, el 72% teme un atentado similar al del 7 de octubre. (Reuters)
¿Qué piensa de todo esto el francés medio, el que no es musulmán ni judío?
-Supuestamente no le importa Israel ni los palestinos, pero una encuesta que salió inmediatamente después del ataque del 7 de octubre muestra que el 72% de los franceses teme un ataque similar en la propia Francia. Recuerdan muy bien la masacre en el club Bataclan, hace unos años, donde un espectáculo de rock se convirtió en un baño de sangre, y sabemos que puede volver a suceder. Y hay otro dato importante: un porcentaje significativo de los agentes de policía son de origen musulmán. ¿Podrán proporcionar una protección óptima ¿Tienen que hacerlo? Esa es una pregunta abierta.
Inglaterra: mezclar musulmanes con lugareños antiisraelíes
En la última semana, las cosas empezaron a moverse en Europa. En los Países Bajos obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones Geert Wilders, que lleva bajo su bandera la estrategia «el fin del tsunami de inmigrantes»; en Irlanda, los irlandeses salieron a las calles y quemaron un autobús y un edificio, después de que un inmigrante argelino apuñaló a una chica, y en París, los ánimos están caldeados después de que jóvenes de origen musulmán mataran a puñaladas a un joven francés de 16 años llamado Thomas, lo que desencadenó una serie de protestas bajo el nombre «Justicia para Thomas», con antisentimiento musulmán.
También se registraron enfrentamientos entre manifestantes propalestinos y residentes locales en otros lugares, incluido Londres. El eslogan de defensa israelí «Occidente es el siguiente», puede estar empezando a impregnar al público europeo, e incluso si la mayoría de ellos apoya, en principio, el derecho palestino a la autodeterminación, no se sienten cómodos con los desfiles islámicos, las banderas de Hamás, las manifestaciones antisemitas y cantos en las calle.
Cada vez más obras de este tipo, en las calles de Londres.
(Henry Nicholls/AFP)
Con el debido respeto, ¿no está pasando factura la demografía? En otras palabras, ¿no es una batalla perdida?
-En Francia, donde ya hay diez millones de árabes entre medio millón de judíos, está claro que la demografía está pasando factura. Hoy en día, en Francia, uno de cada dos niños que nacen es hijo de, al menos, un padre de origen inmigrante, por lo que las cifras seguirán aumentando. Hay tres tendencias que afectan directamente a los judíos en Europa: una es el cambio demográfico, que no está bajo el control de nadie; la segunda es el deterioro económico -una situación que nunca afecta positivamente la actitud hacia los judíos- y la tercera es la liberación de la batalla de antisemitismo que fue asfixiada durante varias décadas. La gente no se avergüenza de decir que «no quieren a los judíos aquí» y el número de actos antisemitas está aumentando considerablemente.
¿Es esta situación, también, relevante para Inglaterra y Alemania?
-Inglaterra es una historia compleja. Es cierto que tuvo las manifestaciones más grandes de Europa contra Israel, pero la mayoría de los manifestantes son musulmanes, no del mundo árabe, sino más bien de Pakistán, Bangladesh y otros lugares, y hay menos incidentes de violencia y antisemitismo. La reacción de las autoridades también fue relativamente rápida y aguda. Por otro lado, hay un sentimiento antiisraelí que también es popular entre los británicos no musulmanes, y todo se mezcla y se convierte, bastante rápido, en un sentimiento antijudío. No es tan severo como en Francia, pero también en Inglaterra, los judíos están comenzando a humillar públicamente su judaísmo y a ocultar signos. Viven la dura realidad con algún tipo de ajuste cognitivo que les permite continuar con su vida diaria, a pesar de la situación.
Alemania: los judíos no se asimilaron
«En Alemania, donde viven 117.000 judíos, la situación es un poco diferente. Una gran parte de los judíos alemanes de hoy está formada por expatriados de la Unión Soviética, que llegaron allí, después de que se les ofrecieran buenas condiciones de acogida. Aunque fueron asimilados en Alemania en las últimas décadas, no son los ‘alemanes’ clásicos y no tienen una larga tradición en el país. Es decir, si la situación empeora podrán migrar a otro destino. Los judíos allí no necesariamente sienten que pertenecen a la nación alemana. En cierto sentido, son como trabajadores extranjeros. Muchos judíos en Francia dirán: ‘Soy un judío francés’, y en Inglaterra, los judíos también se definirán a sí mismos como ‘Los judíos ingleses’, pero en Alemania, no sienten lo mismo. Su pertenencia no está arraigada, por lo que pueden decirse más fácilmente: nuestra historia aquí terminó, es hora de nuestro próximo destino. Algunos se fueron o planean irse. Emigran a Estados Unidos, y también hay quienes se asimilan más en Alemania. Ésta es una comunidad diferente a la de Francia o Inglaterra», explica Maimon.
Una gran parte de los judíos alemanes de hoy está formada por expatriados de la Unión Soviética. (Annegret Hilse / Reuters)
Por supuesto, los judíos nos interesan especialmente; pero, ¿qué les pasa a los franceses, ingleses, alemanes, belgas y todos los demás? ¿No reaccionan a los cambios que ven en las calles? ¿Estamos en camino a una guerra cultural entre Occidente y los inmigrantes musulmanes?
-Esta es la gran pregunta para toda Europa. Por un lado, hay figuras políticas, como Wilders, en los Países Bajos, o Marine Le Pen, en Francia, que hablan de ello abiertamente. Encabezan la línea del nacionalismo que quiere defenderse. Ellos sienten que éste ya no es su hogar, no es su país. Por otro lado, hay elementos, principalmente en la izquierda europea, que sostienen que nadie irá a ninguna parte y que, por lo tanto, necesitamos crear una sociedad mixta y multicultural, porque eso es «La realidad». En ambos casos, esto no es una buena noticia para los judíos. El nacionalismo nunca fue bueno para los judíos en Europa, y si hay una ola nacionalista contra los inmigrantes, las consecuencias, también, serán contra los judíos. Por otro lado, una sociedad mixta tampoco es la solución para ellos, porque para integrar a los árabes tendrán que renunciar a ciertos valores y habrá islamización en un nivel u otro, y esto, ciertamente, no será bueno para ellos. Los judíos, en otras palabras, veremos una ola antinacionalista musulmana y un retorno a la identidad nacional, o incluso una mayor islamización. Ambos escenarios expulsarán a los judíos.
Entonces, ¿adónde vamos?
«La solución obvia para los judíos que buscan su futuro es Israel, pero estos días de guerra y todos los problemas objetivos -tanto de seguridad como de desafíos internos y económicos- no lo convierten en el destino final deseado», sostiene Maimon.
Maimon: «Sostengo que, a pesar de todo, en Israel estás más protegido que en Europa.»
(Guy Yehiali)
«En principio, no existe ningún destino al que pueda considerarse adecuado tras abandonar Europa», explica. «Hay una narrativa que dice que el mundo entero es peligroso, por lo que es mejor quedarse donde están y esperar, por el momento. Sostengo que a pesar de todo, en Israel estás más protegido que en Europa. Es cierto que hemos pasado por un acontecimiento terrible y estamos en una guerra difícil, pero al final es más seguro hoy ir a una sinagoga en Jerusalem que en París. Ningún judío en Israel ocultó jamás que es judío. No hay ningún judío en Europa que no temió ni ocultó su judaísmo, al menos algunas veces en su vida. Hay una enorme diferencia en términos de postura existencial. Es mentalmente abrasivo vivir así toda la vida. Creo que, a pesar de todo, después de la guerra, veremos una ola de inmigración desde Europa, es simplemente inevitable», concluye.
Fuente: Ynet Español