13 Ene La lucha de Ben-Gvir por la ´igualdad de derechos´ en el Monte del Templo
Imagen ilustrativa: Una señal roja en el lado de una carretera advierte a los ciudadanos israelíes en contra de entrar la ciudad de Nablus en Judea y Samaria, 29 de julio del 2015.
La afirmación de que restringir la plegaria judía en el lugar sagrado infringe los derechos civiles es difícil de vender, cuando los palestinos ni siquiera tienen derechos de ciudadanía.
POR: El Blog de Evan Gottesman
Hace unos pocos años, iba de copiloto con un residente de Efrat mientras me conducía por parte de Gush Etzion. Mientras nos aproximábamos a una de las señales rojas construidas por el gobierno israelí advirtiendo a sus ciudadanos de no cruzar la frontera invisible con el Área A de Judea y Samaria -la porción bajo control directo de la Autoridad Palestina -mi compañero colono se giró hacia mí y dijo: ¨Ese es el apartheid rojo¨.
Me tomó por sorpresa su comentario. Él era un ciudadano israelí, con el derecho para votar por el gobierno que publicó la notificación de advertencia y un pasaporte para viajar a más de 160 países, con fácil acceso a un aeropuerto internacional. Estos son derechos básicos con los que un palestino viviendo en el otro lado de la señal roja sólo puede soñar. ¿Injusto? Supongo -idealmente, las personas deberían poder ir donde quieran sin obstáculos de procedimiento o temor por su seguridad, pero si tuviera que elegir si un ciudadano palestino o israelí enfrenta mucho más obstáculos de este tipo, la respuesta sería ciertamente el primero. Dos errores no hacen un acierto, pero ¿la injusticia real en los territorios ocupados? Vamos.
Sin embargo, tal alejado de la realidad como puede estar este argumento, creo que la persona haciéndolo era 100 por ciento sincera. Y es esta misma mentalidad que informa a muchas personas que miran el alboroto sobre la reciente visita del ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, al Monte del Templo en Jerusalem y creen sinceramente que este es simplemente un problema de que a los judíos se les niega derechos iguales sobre nuestro lugar sagrado más importante. Pero no es tan claro y seco.
Este no es mi marco del problema, Durante la campaña electoral de la Knesset en otoño, el mismo Ben-Gvir pidió ¨igualdad de derechos para los judíos¨ en el Monte del Templo. Y bajo circunstancias normales, esa no sería una demanda controversial. ¿Por qué no debería permitirse rezar a los judíos en cualquier lugar, y mucho más en el lugar más sagrado en el judaísmo?
Sin embargo, el Monte del Templo no existe en circunstancias normales. Ni lo hace la ciudad de Jerusalem, ni el resto del área entre el Mediterráneo y el río Jordán. Debido al arreglo a continuación de la captura de Jerusalem del Este por parte de Israel en la Guerra de los Seis Días, el Monte del Templo/ Haram al-Sharif bajo la égida del Waqf musulmán, el sitio es único en la ciudad, un lugar donde los palestinos tienen alguna medida de control. El significado de ese hecho no se puede exagerar en Jerusalem, donde los palestinos -el 40% de su población -carecen de derechos de ciudadanía (y donde las solicitudes de ciudadanía son negadas rutinariamente), y donde, justo al lado en Judea y Samaria, las posiciones de los palestinos son incluso más débiles.
Imaginen si los judíos fueran privados de sus derechos y discriminados generalmente en una Palestina árabe extendiéndose desde el rio hasta el mar, pero los judíos pudieran ejercer control sobre el Monte del Templo. Seguro, los musulmanes palestinos deberían, en principio, tener acceso al lugar en el nombre de la libertad de movimiento y religión, pero difícilmente podrían esperar que las interacciones entre los ciudadanos palestinos y los no ciudadanos judíos fueran totalmente normales ahí.
Ahora consideren en este hipotético cuál sería la reacción si Yahya Sinwar o Ismail Haniyeh o algún otro político de Hamas quisiera venir al Monte, el único lugar en Palestina donde la población judía, de otro modo oprimida, ejerce un mínimo de soberanía.
El Kahanista Itamar Ben-Gvir habla felizmente sobre la igualdad cuando se refiere al Monte del Templo y a él y a sus compañeros entusiastas del Monte del Templo les encantaría ser vistos como el movimiento israelí de los derechos civiles, pero el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos no se trataba de arrojar a la gente blanca fuera del autobús una vez que la gente negra consiguió un asiento. Mientras muchos de los campeones del acceso judío al Monte del Templo también son defensores vocales del despojo palestino como Ben-Gvir, una visita al lugar por una figura así naturalmente va a ser incendiaria.
En realidad, muchos judíos que no son Itamar Ben-Gvir suben al Monte del Templo sin incidentes. De hecho, el número ha crecido últimamente, llegando a los 50,000 en el año judío 5782 (2021/2022). Aunque estos peregrinos están sujetos nominalmente al status quo religioso en el Monte (para citar a Benjamin Netanyahu: ¨Los musulmanes rezan en el Monte del Templo; los no musulmanes visitan el Monte del Templo¨), la línea entre una visita y una plegaria es borrosa, y, en la práctica, a menudo no se aplica. Puede que al Waqf no le guste eso. A Hamas podría no gustarle. A la Autoridad Palestina puede no gustarle. A muchos palestinos promedio incluso no les gustará eso. Pero, raramente hay una crisis seria.
Si bien Israel enfrentó el oprobio en la arena internacional sobre la visita de Ben-Gvir -incluso, en particular, por iniciativa de un socio regional cercano, los Emiratos Árabes Unidos, así como Arabia Saudita -la reacción real en el terreno ha permanecido en gran medida silenciada. Deberíamos estar agradecidos de que, hasta ahora, ese ha sido el resultado, y esperemos, por el bien de los jerosolimitanos de todas las religiones y nacionalidades, que nada cambie. A pesar de que una conclusión tan pacífica nunca está garantizada cuando se refiere al Monte del Templo, y ciertamente no con Ben-Gvir. No quiero decir esto porque quiero ver a alguien herido para probar un punto político, pero debido a que realmente hemos visto eventos en el Monte del Templo irse al sur rápidamente en el pasado, más recientemente en la primavera del 2021.
Nada de esto justifica la violencia o el terrorismo. No da peso moral a las teorías de conspiración que distorsionan o simplemente fabrican acciones judías e israelíes en el Monte del Templo. Y no significa que el estado incómodo de la plegaria judía deba ser una aspiración. Pero si miran la situación y dicen que el problema es la ¨igualdad de derechos¨ de Ben-Gvir o la señal roja afuera del Área A, entonces se están perdiendo bastante contexto.
Sobre el autor
Evan Gottesman es un asesor en el Foro de Política de Israel. Su trabajo ha sido publicado en Foreign Policy, World Politics Review, The National Interest, Haaretz, The Diplomat, The Forward, +972 Magazine. Evan ha informado a numerosos miembros del Congreso y personal legislativo de alto rango sobre las relaciones Estados Unidos-Israel y el conflicto israelí-palestino, y ha sido citado y mencionado en The Washington Post, USA Today, y VICE News. Actualmente es candidato a la maestría en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad John Hopkins.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Times of Israel