24 Nov La «Ley de Anulación» sería un «golpe fatal» para la democracia de Israel
Análisis. La cláusula permitiría a la Knesset anular sentencias del Tribunal Supremo y podría llevar a legisladores a elaborar leyes discriminatorias, lo que conduciría a una mayor desigualdad en la sociedad israelí.
Un proyecto de ley que busca permitirle a una mayoría de la Knesset anular las sentencias del Tribunal Supremo sería un «golpe fatal» para la democracia de Israel, según advirtieron expertos jurídicos.
Se dice que los miembros del probable gobierno de coalición de Netanyahu están a favor de una propuesta que permitiría a una mayoría de 61 miembros de la Knesset anular el Tribunal Supremo y cancelar sus decisiones.
¿En camino de erosionar la democracia? Ben-Gvir y Netanyahu. (EPA)
Netanyahu, que inicialmente era reacio a incluir la controvertida cláusula de anulación en las negociaciones de la coalición, aceptó hacerlo tras la presión de sus aliados de los partidos ultraortodoxos Yahadut HaTorá y Sionism Religioso.
Tras los rumores, expertos jurídicos de Israel afirman que la medida debilitaría considerablemente la democracia del país. El doctor Amir Fuchs, investigador principal del Instituto de la Democracia de Israel, comentó que el gobierno entrante espera obtener un «poder ilimitado» al aprobar la ley.
Tribunal Supremo de Israel. (Shutterstock)
«Podrán hacer lo que quieran», comenzó Fuchs. «En este momento están limitados debido a las Leyes Básicas que protegen los derechos humanos. El Tribunal Supremo decidió 22 veces en los últimos 30 años que una ley [aprobada en la Knesset] causaba un daño desproporcionado o tenía propósito indigno».
Fuchs añadió que la cláusula de anulación llevaría a legisladores a elaborar una legislación que condujera a una mayor desigualdad en la sociedad israelí, como la concesión de exenciones para el servicio militar obligatorio o la denegación de la entrada al país a los solicitantes de asilo. La propuesta también podría llevar a la anulación de ciertos derechos, por ejemplo, prohibiendo a las parejas LGBT tener hijos mediante gestación subrogada. Esto último fue concedido por el Tribunal Supremo a principios de este año.
«Los partidarios de la cláusula de anulación argumentan que la ley aumentaría la democracia porque la mayoría podría tomar decisiones y gobernar», sostuvo Fuchs. «Pero si, como yo, crees que la democracia consiste en el equilibrio de poderes y en proteger los derechos humanos y de las minorías de la tiranía de la mayoría, está claro que la cláusula conduciría a un deterioro de la condición democrática. No digo que nos convierta en un Estado no democrático, pero es un golpe fatal que hace que Israel sólo sea democrático mediante procedimientos y elecciones», remarcó.
Benjamin Netanyahu y Ayelet Shaked en la Knesset.
(Foto: Alex Kolomoisky)
A diferencia de otros países, los israelíes gozan de menos protecciones constitucionales debido al sistema parlamentario. «Israel tiene un déficit de controles y equilibrios y no tiene una [legislatura] bicameral», señaló Fuchs.
Otros expertos jurídicos coinciden en que no hay que subestimar las ramificaciones de la ley de anulación. Unos 130 profesores y miembros del cuerpo docente de las facultades de derecho israelíes firmaron el domingo una petición en la que advertían que la ley propuesta socavaría gravemente la protección de derechos humanos y sería «lamentada por años».
Dan Yakir, asesor jurídico jefe de la Asociación para los Derechos Civiles en Israel, calificó la ley de anulación como un «golpe fatal» que castraría a los tribunales y les impediría poder defender los derechos humanos y minorías. «No hay una verdadera separación de poderes entre el gobierno y la Knesset», planteó Yakir a The Media Line. «En general, la Knesset es impotente porque el gobierno de coalición también controla la controla. Debido a esta limitación, es especialmente importante tener un tribunal que se enfrente al gobierno para tener controles y equilibrios», agregó.
Benjamín Netanyahu y Bezalel Smotrich.
Yakir cree que la cláusula de anulación sería sólo uno de los mil recortes al estatus democrático de Israel. Hay otras piezas legislativas importantes, señaló, que se sumarían a este daño, sobre todo el gobierno podría intentar controlar el nombramiento de los jueces del Tribunal Supremo, una tarea que actualmente es llevada a cabo por un panel de legisladores, jueces en ejercicio y abogados.
Benjamin Netanyahu camino a reunirse con posibles socios de coalición de una facción ultraortodoxa. (Foto: Alex Kolomoisky)
Otra posibilidad sería que la coalición gobernante intentara cancelar el juicio por corrupción que apunta a Netanyahu. «En conjunto, todos estos pasos tienen un impacto muy significativo en la democracia», cerró Yakir.
Fuente: Ynet Español