18 Nov Emérico Hirschl: pionero del fútbol moderno en el Río de la Plata
Campeón en Argentina y Uruguay, la cercanía del mundial es un buen momento para recordarlo.
Hirschl (ag. iz.) con el River Plate, campeón argentino de 1936. Wikimedia.
La inminente apertura del campeonato Mundial de Futbol a celebrarse en Qatar, me mueve a abordar brevemente la trayectoria de un extraordinario director técnico judeohúngaro cuya historia es apenas conocida en Israel en el mejor de los casos y puede ser que otro tanto suceda con las nuevas generaciones de hispanohablantes. Me refiero a Emérico Hirschl.
Nacido en Hungría en el año 1900,al parecer como jugador no pasó a mayores.Jugó en su país de nacimiento así como en la Yugoslavia de entonces, Austria, Francia y Estados Unidos.En este último país se incorporó una entidad judía el Hakoach All Star de Nueva York. En Hungría asistió a una escuela de técnicos en los que adquirió sus conocimientos de tal.
A partir de los años 30 comienza a brillar como director técnico, siendo el primer director técnico extranjero en la Argentina.Desde 1931 a 1935 dirigió a Gimnasia y Esgrima de La Plata considerado el mejor equipo en la historia de este club, de 1935 a 1940 es contratado por River Plate conformando un equipo brillante, considerado uno de los mejores equipos del fútbol argentino de todos los tiempos conocido como «La Máquina» que ganó cuatro títulos.En 1941 retorna a Gimnasia y Esgrima de la Plata y de 1942 a 1945 dirige a San Lorenzo de Almagro, otro de los grandes del fútbol argentino.Paralelamente fue director técnico del Seleccionado Argentino desde 1933 a 1938.Finalizada su actuación en San Lorenzo, en 1945 dirigió al Cruceiro de Brasil y ese mismo año la Confederación Brasileña de Deportes le ofreció dirigir el seleccionado brasileño en el Campeonato Sudamericano a celebrarse, pero Hirschl se inclinó por una opción económicamente más ventajosa dirigiendo en México al club Barte hasta 1948.
Wikimedia.
En el año 1949, Hirschl llega a Montevideo contratado por Peñarol uno de los dos grandes equipos del fútbol uruguayo. La expectativa de su llegada fue tan grande que en la primera práctica que dirigió concurrieron 1.500 personas Se desempeño como director técnico de la institución durante los años 1949-1951, siendo campeón uruguayo durante los años 1949 y 1951.La conquista del año 1949 fue memorable. Peñarol obtuvo los tres campeonatos oficiales de la Asociación Uruguaya de fútbol sin perder un solo partido en todos los campeonatos. Su quinteto ofensivo recibió el rótulo de la escuadrilla de la muerte ¿Cuál fue el secreto de su éxito?
En primer termino tomó a su cargo la preparación física del plantel que durante mucho años fue el talón de Aquiles de los jugadores sudamericanos en relación a sus pares europeos.En segundo término, en aquellas épocas,en Uruguay el entrenador no tenía el peso ni la gravitación que posee en la actualidad.El entrenamiento de los clubes se remitía a dar unas vueltas alrededor de la cancha y después se hacía fútbol.Los directores técnicos armaban los equipos en las prácticas, hacían jugar y miraban las prácticas de costado.Nada más.
Hirschl fue en esta época un genuino pionero y revolucionario del fútbol, en especial en el espacio de los entrenamientos, las tácticas futbolísticas y la profesionalidad de este deporte.Sin cohibir ni limitar la capacidad creativa y los atributos naturales de los grandes jugadores rioplatenses, partió del supuesto que puede y debe mejorarse la condición técnica de cada jugador.En este contexto, cabe señalar los lineamientos generales de su postura:
- Si un jugador dominaba una sola pierna, Hirschl lo mandaba al costado de la cancha en la que existía un frontón de madera y lo hacía patear la pelota con la pierna inhábil durante horas y horas.El buen jugador debía ser diestro.
- Hizo un horca de la que colgaba una pelota que los jugadores debían cabecear de frente y de costado.Él subía la pelota a medida que mejoraban el salto y el cabezazo del jugador
- Solía colocar postes separados por escasos metros entre si que el jugador debía sortearlos dribleando con la pelota y a toda velocidad.
- Practicaba el «boleo», es decir procurar que el jugador pateara la pelota sin dejarla caer para así anticipar y sorprender a la defensa y guardameta contrarios.
- En aquel momento recién se estaba en Uruguay en los inicios del fútbol profesional pero aún así, solía concentrar a los jugadores dos o tres días previo a los partidos en los que a través de un pizarrón con fichas solía analizar cuidadosamente a los rivales, el sistema táctico a emplear así como la función específica que cada jugador debía desempeñar en el campo de juego.El régimen de los entrenamientos era severísimo, se practicaba hasta tres veces al día. Asimismo posteriormente a los partidos se volvía a la concentración donde los jugadores eran sometidos a baños y masajes.
Cuando Hirschl llega a Montevideo tenía la ventaja de conocer el idioma del medio así como la idiosincrasia del futbolista rioplatense producto de su extensa y exitosa trayectoria en el fútbol argentino.Sabía muy bien escoger sus jugadores.Incorporado a Peñarol en 1949, trajo a un joven jugador argentino-Juan Eduardo Hohberg -que resultó ser un gran jugador.Calificado como el Verdugo por la potencia de sus disparos, su condición de goleador y múltiples atributos , se tornó rápidamente en un ídolo de la parcialidad peñarolense. No en vano a Hirschl lo rotularon El Mago.
Por todo ello, no extraña que nueve jugadores del equipo de Peñarol que Hirschl había formado en 1949 integraron el plantel uruguayo que impactó al mundo deportivo y obtuvo el campeonato del mundo celebrado en Brasil en el año 1950.Seis y hasta siete jugadores de Peñarol-según los partidos- fueron titulares del seleccionado celeste en dicha ocasión.
Quisiera detenerme en uno de ellos e integrante del equipo conformado por Hirschl en 1949. Concretamente en el puntero Alcides Edgardo Ghiggia, considerado por muchos como el mejor jugador del antedicho torneo. Fue por momentos imparable y no fue un hecho casual. Hirsch siempre insistía en que los punteros debían desplazarse rápidamente y que había que explotarlos lanzándoles la pelota a las espaldas de sus marcadores. En un fútbol que a la sazón era básicamente lento, este atributo promovido por Hirschl amén del talento propiamente futbolístico de cada jugador, configuraba una apreciable ventaja que por cierto se reflejó en el campo de juego.De ahí que no extrañó que Ghiggia haya convertido goles en todos los partidos del Mundial de Brasil incluido el gol que le otorgara el título de campeón a su selección.Pauta de ello es que ya en 1952 fue transferido al fútbol italiano donde destacó nítidamente.
Emérico Hirschl nunca olvidó su condición judía.En aquellos tiempo existían serias trabas a la inmigración judía a la Argentina.Según cuenta su hija, a solicitud de las organizaciones judías locales, Hirschl se hacía presente por las tardes en Migraciones y aprovechando su calidad y fama de director técnico de River Plate, departía con los funcionarios sobe fútbol para distraerlos y de tal modo posibilitó el acceso al país de judíos que tenían prohibido el ingreso a la Argentina asumiendo el riesgo que todo ello implicaba.En otras oportunidades y en mérito a su fama e influencia, lograba hacerse con las bitácoras de los barcos para identificar a los refugiados, hacerlos descender de los barcos posibilitando de esa manera su ingreso a la Argentina. Obviamente estas personas no figuraban en una lista oficial ya que esta actividad formaba parte de un ingreso totalmente paralelo al registro oficial.Una de esas inmigrantes era Heddy Steimber con quien posteriormente contraría enlace, ambos tuvieron dos hijos. A su vez durante su presencia en Uruguay, un conocido mío recuerda haberlo visto el Día del Perdón en la Sinagoga de la Comunidad Judía Húngara en Montevideo.
Falleció en Buenos Aires el 23 de setiembre de 1973 a la edad de 73 años de edad.
Emérico Hirschl pertenece a la prestigiosa saga de grandes directores técnicos judeohúngaros surgidos en el siglo 20 entre los cuales cabe invocar a Bela Gutmann-ampliamente conocido por su destacada trayectoria en Europa y América del Sur- y a Gyula Mandel quien dirigiera a la Selección de Brasil entre 1956 y 1958 y a la Selección de Israel entre 1959 y 1963.
Fuente: Aurora Digital