02 Nov Los ´tribunales de honor´ judíos posteriores al Holocausto canalizaron el deseo de venganza de algunos sobrevivientes
Por: Matt Lebovic
La policía judía deteniendo a un ex kapo que fue reconocido por ex prisioneros de un campo de concentración en el campo Zeilsheim de Personas Desplazadas, Alemania, aproximadamente 1945.
El evento en línea describe cómo después de la Segunda Guerra Mundial, las comunidades judías llevaron a juicio a cientos de sobrevivientes por presuntas ´trasgresiones morales´ durante el genocidio para evitar la justicia por mano propia.
A raíz de la Segunda Guerra Mundial, muchos sobrevivientes del Holocausto en Europa e Israel lucharon con un deseo de venganza. Algunos recurrieron a ¨tribunales de honor¨ improvisados buscando alivio.
Creados dentro de las comunidades judías reconstituidas y en los campos de personas desplazadas (DP por sus siglas en inglés), los tribunales no tenían jurisdicción fuera de la comunidad judía.
¨Los tribunales juzgaban a los sobrevivientes que eran acusados de haber actuado inmoralmente hacia otros judíos y haber presuntamente ayudado a los nazis en su genocidio¨, dijo la historiadora Laura Jockusch, quien habló sobre los tribunales de honor en un evento virtual del Museo Memorial del Holocausto de Estados Unidos el 26 de octubre.
Las estimaciones sobre el número de los presuntos ¨colaboradores¨ juzgados varía, pero la comunidad judía solo en Polonia abrió 175 expedientes y procesó a 25 judíos como colaboradores.
En los campos alemanes de personas desplazadas, donde miles de sobrevivientes vivían, las autoridades estadounidenses permitieron los tribunales de honor y las comisiones para ¨judíos liberados¨ para ¨purgar a los colaboradores fugitivos de las filas de la comunidad judía¨, dijo Jockusch.
Los historiadores estiman que hasta 200 personas fueron juzgadas en procedimientos basados en campos de desplazados.
¨Había una percepción generalizada entre los sobrevivientes del Holocausto que los líderes comunitarios y los judíos forzados a trabajar para los nazis en ghettos y campos habían actuado en detrimento de sus compañeros judíos¨, dijo Jockusch, que coeditó ¨Tribunales de Honor Judíos: Venganza, Retribución, y Reconciliación en Europa e Israel después del Holocausto¨, publicado en el 2015.
Dieciséis de los diecinueve acusados en el juicio por crímenes de guerra cometidos durante la guerra en Dora-Mittelbau. El grupo incluía a cuatro kapos. 17 de septiembre de 1947, Dachau, Alemania.
Según Jockusch, hubo tres grupos de personas que llevaron ante los tribunales. Los más comunes eran los ex kapos, que habían supervisado a sus compañeros judíos en los campos de concentración, junto con ex miembros de las fuerzas policiales judías establecidas en los ghettos.
¨[Estas personas] presuntamente disfrutaron de posiciones de privilegio y tenían el poder de salvar judíos, pero no lo hicieron¨, dijo Jockusch, una profesora de estudios del Holocausto de la Universidad Brandeis.
Menos comunes que los kapos o que los oficiales de policía, los ex miembros del Judenrat (Consejo Judío) a veces eran llamados ante los tribunales por su papel en implementar las órdenes alemanas en los ghettos.
Ofensas específicas incluían el abuso físico y verbal, robo, y ¨causar angustia¨ a través del uso derogatorio del lenguaje, dijo Jockusch.
Un kapo en el campo de concentración Salaspils en Letonia, usando una identificación amarilla y un Lagerpolizist.
Los tribunales seguían prácticas legales comunes, incluyendo la inocencia de los acusados hasta probar que eran culpables y permitir testigos de ambos lados.
Lejos de ser tribunales ¨canguro¨, los tribunales demandaban una investigación exhaustiva antes de entregar el veredicto.
Un principio defendido por la mayoría de los tribunales de honor era que los sobrevivientes que sirvieron como kapos o miembros de la policía del ghetto, por ejemplo, no fueran automáticamente culpables.
¨Fue cómo llevaron a cabo [el papel]¨, dijo Jockusch, quien cree que el término colaborador no debería ser aplicado a las víctimas judías de los nazis.
¨Incluso los judíos que traicionaron los escondites de otros judíos no se identificaban con el proyecto nazi de construir un mundo sin judíos¨, dijo Jockusch.
Los tribunales de honor permitieron a algunos sospechosos ¨limpiar sus nombres¨ mientras otros fueron juzgados y castigados por ¨trasgresiones morales¨ durante los años de guerra, dijo Jockusch.
¨Algunas acciones de los prisioneros fueron en realidad una elección¨, dijo Jockusch, refiriéndose a los funcionarios judíos que abusaron de su poder para detrimento de sus compañeros judíos.
´Más sobre moral que sobre ley´
En fotografías tomadas dentro de los tribunales de honor durante los años 1950, las reuniones parecen decididamente informales. En una imagen, cinco miembros elegidos del tribunal y un secretario de actas sentados alrededor de una mesa bajo la imagen de Theodore Herzl, cuya hija murió en un campo de concentración nazi.
Procedimientos del ´tribunal de honor´ judío después del Holocausto.
La apariencia benigna de los improvisados procedimientos ocultaba las emociones que bullían debajo de la superficie de muchas comunidades judías. Para algunos sobrevivientes, dijo Jockusch, buscar justicia era parte de recordar a los miembros de su familia asesinados por los nazis.
Tanto en Israel como Europa, los líderes comunitarios judíos temían la ¨justicia vigilante¨, o que los sobrevivientes tomaran los asuntos en sus propias manos. Los tribunales fueron una manera de expresar su ira y buscar justicia sin recurrir a la violencia.
¨Durante la guerra, la clandestinidad judía en Europa Oriental había asesinado a varios funcionarios Judenrat, policías del ghetto e informadores, mientras que los prisioneros de los campos de concentración habían matado ocasionalmente a ex kapos brutales despojados de su autoridad por los alemanes¨, escribió Gabriel N. Finder, que coeditó ¨Tribunales de Honor Judíos¨ con Jockusch.
Un alemán y un miembro de la policía judía a la entrada del ghetto de Lodz.
¨Después de la liberación, había sobrevivientes que querían ajustar cuentas con los colaboradores judíos todavía vivos¨, escribió Finder.
Durante los años 1950 en Israel, docenas de sobrevivientes encontraron a sus antiguos kapos en buses, restaurantes, y otros lugares públicos.
Estos encuentros casuales despertaron sentimientos extremos en algunos de los sobrevivientes, dijo Jockusch.
¨Los Tribunales de Honor muestran la ira que algunos sobrevivientes sentían por otros sobrevivientes¨, dijo Jockusch. ¨Esta ira tenía un potencial real para la violencia¨, dijo, agregaron que los tribunales permitieron a los sobrevivientes ¨mitigar los sentimientos de venganza¨ a través de procesos públicos.
Los castigos dictados por los tribunales de honor incluían la reducción de los beneficios sociales, pérdida del derecho al voto comunitario, y la prohibición de tener un cargo comunitario.
En el Ghetto de Varsovia en la Polonia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, las autoridades nazis nombraron una fuerza policial judía para mantener el orden y llevar a cabo sus órdenes.
El Consejo Judío de Lodz en la Polonia ocupada por los nazis.
El castigo más severo, dijo Jockusch, era ¨ser desterrado de la comunidad¨.
En los campos de personas desplazadas operados por estadounidenses, los tribunales de honor y las comisiones relacionadas no tenían permitido imponer multas o encarcelamiento Algunos de los tribunales se fueron en contra de esta prohibición, dijo Jockusch, demostrando una demanda por castigos más severos entre los sobrevivientes.
El Consejo Judío de Cracovia durante la ocupación de Polonia por Alemania.
En la evaluación de Jockusch, el tribunal de honor permite ¨una ventana a cómo los restos de los judíos europeos después de la guerra confrontaron no sólo el genocidio en sí, sino la dolorosa comprensión de que el perpetrador nazi había puesto a las víctimas unas contra otras¨, dijo.
¨Los perpetradores nazis manipulaban a sus víctimas para que colaboraran y los forzaban a convertirse en cómplices en la destrucción de su propia comunidad¨, dijo Jockusch.
Para el momento en que los tribunales de honor se cerraron en Europa e Israel, más personas tenían un entendimiento de que ¨los judíos en las llamadas posiciones privilegiadas en última instancia no tenían poder¨, dijo Jockusch.
¨Estos casos se trataban más sobre moralidad que de ley¨, dijo Jockusch, quien dijo que los procedimientos ayudaron a las personas ¨a interrogar y superar este difícil pasado¨.
Críticamente, los tribunales de honor ayudaron a asegurar a los judíos que ¨no habían perdido [su] integridad moral y [sus] valores sociales¨, en contradicción a la afirmación de los nazis de la inmoralidad judía, dijo Jockusch.
¨Los tribunales proporcionaron espacio para procesar y trabajar el trauma y también establecieron normas para el futuro¨, dijo Jockusch.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: The Times of Israel