30 Sep Dos deseos para el nuevo año: Buena salud y estabilidad política – Opinión
POR: Susan Hattis Rolef
Ministros del gabinete en el ´gobierno del cambio´ toman sus asientos en el pleno de la Knesset tras su inauguración, en junio del 2021. ´Este año -a la luz de la frágil realidad política en la que vivimos -agregaría deseos de estabilidad política´, dice la autora.
No veo que se forme ningún tipo de gobierno después de las elecciones que pueda tener la voluntad o la capacidad de lograr los cambios necesarios en las Reglas de Procedimiento y las leyes relevantes.
Usualmente, los deseos de uno para el nuevo año son salud, prosperidad y paz para siempre. Este año – a la luz de la frágil realidad política en la que vivimos -yo agregaría deseos de estabilidad política, y como un corolario, una reversión de la realidad insana creada en la Knesset por la oposición en el curso de la Knesset saliente, en la que la actividad de la Knesset fue socavada en muchos aspectos.
¿Cuáles son las causas de la inestabilidad política?
La base para la inestabilidad es indudablemente, ante todo, las diferencias fundamentales de opinión y enfoque sobre muchos temas importantes, como las relaciones de Israel con los palestinos en general y sus ciudadanos árabes en particular, el equilibrio deseado entre religión y estado, y entre los enfoques progresista y conservador de la ley, y las diferentes prioridades entre el estado de bienestar y los enfoques de libre mercado para la economía y la sociedad.
Sin embargo, no hay nada nuevo sobre estas diferencias de opinión y enfoque -existían incluso antes del establecimiento del estado. La diferencia está en el equilibrio entre los enfoques básicos, que han cambiado progresivamente con eventos y los cambios demográficos que han tenido lugar en el país.
Hoy el equilibrio dentro de la sociedad judía, que constituye menos del 80% del total de la población, está fuertemente inclinado hacia el lado derechista-religioso, pero lo que impide ganar una mayoría en el conjunto de la sociedad, es la comunidad árabe, que tiene sus propias divisiones internas; y lo que le impidió obtener una mayoría en la 24ta Knesset: a saber tres pequeños partidos de derecha que tenían objeciones personales contra el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, debido al tema de su presunta culpabilidad legal, y su actitud endeble respecto a las promesas personales y los acuerdos generales que hace.
El ministro de relaciones exteriores, Yair Lapid, con Meirav Michaelli, ministra de transporte y seguridad vial, durante una discusión y votación sobre un proyecto de ley para disolver la Knesset, en el salón de la asamblea del parlamento israelí, en Jerusalem, 22 de junio del 2022.
En los últimos 3 años y medio sólo una vez logró Netanyahu encabezar un gobierno, con Azul y Blanco, que sobrevivió por apenas un poco más de diez meses. Naftali Bennett de Yamina logró formar una coalición derecha-centro-izquierda-árabe bastante improbable que milagrosamente sobrevivió por poco más de un año. Este estancamiento podría romperse si el bloque de Netanyahu logra reunir al menos 61 escaños de la Knesset en las próximas elecciones, aunque esto en sí no promete una estabilidad real -como aprendimos cuando Netanyahu formó su cuarto gobierno en el 2015. Estaba basado en una mayoría de 61, la estabilidad del cual un parlamentario del Likud (Oren Hazan) pudo, una y otra vez, amenazar.
Como he dicho en numerosas ocasiones en los últimos tres años y medio, la única manera de que Israel pueda librarse de su inestabilidad política actual es si el Likud se libera a sí mismo de su insistencia en una coalición derechista religiosa, y opta, en su lugar, por una coalición moderadamente liberal derecha-centro basada en el Likud, Yesh Atid y el Partido de Unidad Nacional, a la que otros partidos podrían unirse como socios secundarios.
Desafortunadamente, un gobierno así no se puede formar mientras Netanyahu sea el líder del Likud -porque tal gobierno no sería útil para él durante su juicio, y porque ninguno de los socios potenciales del Likud en ese gobierno está dispuesto a sentarse en un gobierno con él.
Las relaciones atroces entre la coalición y la oposición en la 24ta Knesset causaron una ruptura parcial en el buen funcionamiento de la Knesset. Los discursos en el pleno de la Knesset nunca habrían sido sancionados por el Comité de Ética de la Knesset [si el Likud no los hubiera prohibido en la Knesset saliente], y nunca habrían resistido juicios por difamación en contra de los parlamentarios que los pronunciaron, si no fuera por la inmunidad esencial de los parlamentarios. Una vez más, es más fácil ofrecer una solución que hacerla realidad.
Desde el momento en que se formo el ¨gobierno del cambio¨ en junio del 2021, el Likud no ocultó el hecho de que, aunque aceptaba la legalidad del nuevo gobierno, no aceptaba su legitimidad, y que su único propósito era derribarlo tan rápido como pudiera.
Para este propósito, el Likud llevó a cabo interminables maniobras obstruccionistas, votó en contra de proyectos de ley que apoyaba ideológicamente sólo para avergonzar al gobierno, no hizo nada para evitar que los parlamentarios judíos de la oposición dieran discursos indignantes y calumniosos respeto al gobierno, los partidos de la coalición en general, y los ministros y diputados de la coalición en particular.
Se negó a establecer los comités permanentes de la Knesset que son presididos tradicionalmente por la oposición; se negó a unirse a comités permanentes presididos por la coalición -aunque sus miembros asistieron ocasionalmente a sus reuniones ya fuera para promover sus propios proyectos de ley, o para trolear los procedimientos. Como se mencionó, el Likud bloqueó la formación del Comité de Ética -en el que la mitad de los miembros deben ser de la coalición.
La coalición pudo hacer poco para superar estas tácticas, excepto tragarse una tonelada de lenguas de ranas e interminables insultos diariamente., luego limitar el número de miembros del Likud a los que se les permitiría nombrar los miembros para estos comités.
Si la coalición hubiera accedido a permitir que el Likud nombrara a tantos miembros como exigiera, habría interrumpido el trabajo de los comités importantes igual que como interrumpió el trabajo del plenum.
Por supuesto nada puede hacerse ahora para cambiar lo que ocurrió en la Knesset durante su período 24to, y la pregunta es si algo puede hacerse para evitarlo en el futuro.
Dado que el Likud bajo Netanyahu fue el principal generador de estragos en la Knesset en los últimos 15 meses, sospecho que es principalmente el Likud el que debe reconocer el daño que su política causó al sistema parlamentario israelí, y que, aunque su frustración durante el año pasado es comprensible, sus acciones drásticas fueron exageradas y destructivas. El gobierno del cambio habría caído tarde o temprano debido a sus contradicciones internas, sin las mentiras que la oposición judía inventó sobre él, o la política destructiva que generó contra el buen funcionamiento de la Knesset.
Desafortunadamente, no creo que incluso si el Likud forma el próximo gobierno hará las adaptaciones apropiadas en las Reglas de Procedimiento de la Knesset, para evitar cualquier futuro intento de implementar el tipo de política que él mismo implementó en la oposición.
Lamentablemente, en la actualidad, no puede ver que se forme ningún tipo de gobierno después de las elecciones que pueda tener la voluntad o la capacidad de lograr los cambios necesarios en las Reglas de Procedimiento y las leyes relevantes. Sin embargo, en el caso de que el Likud formé un gobierno, es improbable que los ex miembros del gobierno del cambio actúen de la manera destructiva en que el Likud y sus socios actuaron en la oposición -incluso si las reglas y leyes no son enmendadas.
La escritora trabajó en la Knesset durante muchos años como una investigadora y ha publicado numerosos artículos periodísticos y académicos sobre temas de actualidad y política israelí. Su más reciente libro es Los Miembros de la Knesset de Israel – Un Estudio Comparativo de un Trabajo Indefinido, publicado por Routledge.
Traducción: Comunidad Judía de Guayaquil
Fuente: Septiembre 29 de 2022