18 Jul Israel debe preservar el futuro de los judíos de la diáspora
Opinión: A menos que se tome una iniciativa estratégica, la cohesión del pueblo judío en su conjunto podría estar en riesgo, a medida que los grupos ultraortodoxos y antiliberales por un lado y los progresistas que ya no tienen vínculos con Israel por el otro, crecen en fuerza y número.
En la semana en que Doron Almog asume su papel al frente de la Agencia Judía, es hora de observar las tendencias que afectarían el futuro del pueblo judío en la diáspora.
Por un lado, éste es uno de los mejores momentos: los judíos que viven en la diáspora disfrutan de seguridad social y económica, y el antisemitismo, aunque en aumento, está lejos de lo que era en el pasado.
Por otro lado, las comunidades judías se ven afectadas por la polarización, con las posiciones centristas debilitándose y los extremos ideológicos ganando fuerza. Esta es una amenaza para la cohesión de la próxima generación del pueblo judío.
Apoyo al desfile de Israel en Nueva York. (Gentileza)
Dentro de 15 años, los ultraortodoxos representarán una cuarta parte de la población judía mundial. El mundo haredí se duplica en número cada 20 años, mientras que la población judía en general tarda 300 años en multiplicarse.
Este enorme crecimiento plantea un desafío. Como grupo pequeño, la necesidad de las comunidades haredí de segregarse no era un problema. Pero como una cuarta parte de todo el cuerpo judío, tal segregación podría tener consecuencias estratégicas.
Sin embargo, si los ultraortodoxos decidieran ya no vivir separados y decidieran unirse a las responsabilidades, con el resto del mundo judío como participantes plenos, podría surgir un problema diferente porque sus necesidades y deseos están muy alejados de las necesidades y deseos de los judíos no ortodoxos.
¿Qué valores promoverá una comunidad tan unida y a qué futuro apuntaría? ¿Podría conducir a conflictos y una guerra cultural, dentro del mundo judío?
Judíos jasídicos en Brooklyn. (Shturem)
En el otro extremo están los judíos progresistas. La mayoría de los judíos estadounidenses apoyan al Partido Demócrata y alrededor del 70% de ellos son partidarios de Israel. Pero entre los judíos estadounidenses más jóvenes menores de 30 años, solo la mitad dice que se identifica como conectada con Israel a nivel emocional.
Esto es más evidente en los campus universitarios y aún más en las escuelas de la ivy league, donde los estudiantes sienten que no deben revelarse como sionistas porque el sionismo se equipara al racismo, como resultado de la creciente propaganda progresista.
Solo el 27% de los jóvenes judíos se oponen firmemente al movimiento de Boicot a la Sanción de Desinversión. El apego a Israel entre los judíos más jóvenes se está debilitando y también están cada vez más distantes de su fe. Alrededor del 35% dice que no estaría preocupado si sus nietos ya no fueran judíos.
La imagen emergente pinta una polarización en el pueblo judío con el lado antiliberal haredí aumentando en número y fuerza y el lado progresista y ultraliberal ganando fuerza entre los jóvenes judíos. A medida que esos dos grupos continúen creciendo, el hilo conductor que une a todos los judíos se verá comprometido hasta tal punto que el pueblo judío, como concepto, puede que ya no lo sea.
Una camiseta BDS. (AFP)
Se requiere una estrategia para diseñar el futuro del pueblo judío. El presidente Issac Herzog podría liderar tal iniciativa junto con Almog al frente de la Agencia Judía y con la participación del ministro de la Diáspora.
El futuro de la pequeña nación judía no debe ser descuidado, con la mitad viviendo fuera de Israel.
El Proyecto de Ley del Estado Nación, que se aprobó en 2018, establece que los lazos entre Israel y el mundo judío deben preservarse y esas palabras deben ir más allá de los lugares comunes ceremoniales.
Es responsabilidad de Israel, bajo su compromiso de ser el estado nación de todos los judíos.
Fuente: Ynet Español
