Mayo 31 del 2022

María Edwards, el ángel chileno que rescató a bebes judíos del nazismo

La historia de Tante María, una heroína latinoamericana durante la Shoá.

María Edwards. Wikimedia.

María Edwards nació en Chile en el año 1893 en el marco de una conocida y acaudalada familia chilena. Su padre  fue entre otros, Ministro de  Hacienda, Industria y Obras Públicas de Chile. Su hermano Agustín Edwards Mc Clure funda en 1900 el Mercurio de Santiago que  hasta nuestros días continúa siendo uno de los  diarios más importantes de Chile.

A edad muy joven, María contrae enlace con Guillermo Errázuris y ambos parten a Londres a cumplir funciones diplomáticas.  En esta ciudad nace su única hija María Angélica y poco tiempo después se radican en París. Aquí en 1922 su marido-que se había enamorado perdidamente de una actriz estadounidense sin ser correspondido- se suicida y pese a la insistencia de sus hermanos y hermanas de regresar a Chile, María atrapada por los encantos de la ciudad decide permanecer en París con su hija .En 1926 contrae enlace con el hijo del dramaturgo Georges Feydeau, pero el matrimonio duró muy poco y a su lado tampoco fue feliz.

Entre junio de 1940 y 1944 gran parte de Francia fue ocupada por las fuerzas nazis y desde 1941 a 1944 María Edwards decidió enrolarse en la resistencia francesa y  a tales efectos, utiliza  su lujoso departamento que poseía en París  para ocultar combatientes, recibir heridos, financiar operaciones, sirviendo igualmente de nexo para brindar información a los medios internacionales de lo que realmente estaba sucediendo en París bajo la ocupación nazi.

Pero para María Edwards pese a los riesgos que conllevaba,  la actividad desplegada  hasta el momento era insuficiente. Hacia 1942 la ocupación nazi en  París así como el exterminio de los judíos- y no sólo en campos de concentración-, eran hechos irrefutables. Su amistad con una baronesa judía cuyo nombre no trascendió, la persuadió  de adoptar una osada misión. Sus nexos con la alta sociedad francesa y jerarcas nazis, le posibilitaron colaborar  en calidad de asistenta social en el Hospital Rothschild destinado por los alemanes a pacientes judíos y en el cual muchas madres judías le entregaron sus hijos a María en el hospital, animadas de la esperanza que lograran sobrevivir.

En este contexto, María apuntó a rescatar a niños judíos de las garras del nazismo. Con la ayuda de otras colaboradoras, solía drogar a los niños para dormirlos, evitar que lloraran y se delataran a si mismos y los ocultaba en su brazos debajo de una gran y elegante  capa  negra que los cubría totalmente. En su calidad de católica evitó los controles a que eran sometidos los judíos, por lo que solía salir   caminando a paso firme y sereno  ante la  presencia de  los soldados alemanes apostados en el lugar y de tal modo   lograba  sacarlos del hospital.

Hasta hoy en día no se sabe a ciencia cierta el número exacto de niños rescatados, su bisnieta María Angélica Puga Philips logró contactarse con ocho de ellos. Ante la ausencia de los niños en el hospital, María solía informar a las  autoridades nazis que habían fallecido a raíz de padecer una grave enfermedad.

Una  vez sorteado este escollo, María solía llevar a los niños a su apartamento, los cobijaba días o semanas según las circunstancias, les obtenía nueva documentación y luego los entregaba a miembros de la Resistencia Francesa o los enviaban a orfanatos, parroquias rurales o familia indigentes, haciéndose cargo totalmente de su manutención.

Todo su quehacer fue abruptamente interrumpido por la policía francesa quien allanó su apartamento,  fue torturada aunque jamás delató a sus compañeros y posteriormente  trasladada a un centro de detención en París. En mérito a sus contactos con la diplomacia y altas esferas nazis pudo sobrevivir, pero quedó detenida en su casa bajo vigilancia hasta el final de la guerra.

María Edwards abandona Francia en 1960 y retorna a Chile donde su familia de sólida posición económica la ayuda a rehacer su vida falleciendo en el año 1972 a  la edad de 74 años.

Como sucedió en tantos casos en este espacio, trascurrieron varias décadas hasta que  aquellos  niños supieron que la «Tante María» (Tía María en francés) como solían llamarla, les había salvado la vida y cada uno intentó por su parte ubicar a sus familiares en Chile y obtener información de su salvadora. Algunos  lograron  en el   año 2004 contactarse con su familia e intercambiar información y documentación.

El heroico quehacer de esta noble chilena fue reconocido por el Gobierno Francés en el año 1953 cuando la condecoraron con la medalla de la Legión de Honor en tanto que en el año 2005 fue declarada Justa entre las Naciones por  el Instituto Iad Vashem de Jerusalén.

Tras esta última distinción, una de sus bisnietas -María Angélica Puga Philips- resolvió investigar a fondo la vida de su bisabuela. El tiempo apremiaba, los niños de entonces en muchos casos ya eran abuelos y por ello,  en el año 2010 viaja a Francia y logra ubicar entre otros  a algunos de los niños de entonces: los hermanos Betty y Marcel Frydman, Etienne Werlet, Henry Allouche y Betty Grumbach y acceder en toda su dimensión al benemérito quehacer de su bisabuela.Todo ello lo refleja en su libro   «Buscando a María Edwards» editado en el año 2015.

Al igual que Aracy de Carvalho Guimaraes Rosa y tantas otras mujeres de la misma estirpe, María Edwards es un referente de solidaridad, coraje y dignidad humana.

 

Fuente: Aurora Digital



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