17 May Conmovedor: rollos de la Torá ocultos y escindidos en el Holocausto fueron reunificados y restaurados
Por Dr. Israel Jamitovsky
Los rollos fueron hallados en Eslovaquia y su restauración muestra la fortaleza del pueblo judío.
Torá – Foto: Wikipedia – CC BY 2.0
Bardejo es una ciudad ubicada en el noreste de Eslovaquia. Es conocida mundialmente habida cuenta que el centro de la ciudad está íntegramente conservado desde la Edad Media y en el año 2000 la ciudad fue declarada por Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La presencia judía en la ciudad data desde la Edad Media. Cuando en Marzo de 1939 los alemanes invaden la Checoslovaquia de entonces, comienzan las restricciones y limitaciones al quehacer de la población judía de la ciudad .Ante ello, la comunidad judía presidida por Rafael Levy decidió salvar los Rollos de la Torá (rotulados en hebreo Sefer Torá) que pertenecían a la Sinagoga Bikur Jolim y en algunas oportunidades también se leía en la Sinagora Iemin Tzedek, ambas de la ciudad de Bardejo.
Acorde a la normativa judía, los Rollos de la Torá están compuestos por paneles, pliegos o lienzos de pergamino que se cosen y de tal modo se unifican. Para estar en regla, los Rollos de la Torá deben poseer 245 columnas, cada página contener 42 renglones y existir 62 fragmentos de pergamino.
A los efectos de salvar los Rollos de la Torá en dicha coyuntura, la comunidad judía de Bardejo adoptó una osada medida de la cual no existe antecedente alguno en la época del Holocausto. Numerosos fragmentos del pergamino de la Torá fueron divididos en otros tantos lienzos entre los distintos miembros de la comunidad judía con la esperanza de volver a coserlos, reunificarlos y retornarlos a su espacio natural.
En 1942 la población judía en Bardejo oscilaba alrededor de 3.500 almas, la mayoría pereció en el Holocausto pero hubo un minoría que sobrevivió ya sea porque fue ocultada por la población local, otros participaron en la rebelión de 1944 y aprovecharon dicha oportunidad para huir e incorporarse a los partisanos hasta que la ciudad fue liberada en 1945 por el Ejército Rojo.
Cada uno de los supervivientes del Holocausto conservó los fragmentos de los Rollos de la Torá, nunca se desprendieron de los mismos, era parte integral de su indumentaria y se propusieron restaurarlos porque más allá del deber religioso, lo entendieron como una suerte de imperativo moral y legado que habían dejado sus connacionales que perecieron en el Holocausto y que por ende, se vieron impedidos de reconstruir los Rollos de la Torá de su ciudad.
La tarea de reconstrucción fue ardua, compleja, insumió años y considerables esfuerzos hasta que finalmente se logró cristalizar la meta.
En la actualidad uno de los sobrevivientes de Bardejo-Shmuel Leibowitz- reside en Guivat Shmuel y estos Rollos de la Torá se encuentran en la Sinagoga Kehilá Jadashá y en determinadas oportunidades en la Sinagoga Eijal Iehudá, ambas en Guivat Shmuel, ciudad sita en las afueras de Tel-Aviv y en la que reside una considerable población sionista religiosa.
No siempre se lee estos Rollos de la Torá en las antedichas sinagogas y su lectura se reserva para ocasiones tan especiales como el Día del Holocausto y Heroísmo (en el que se recuerda especialmente a los aproximadamente 3000 judíos de Bardejo que perecieron en el Holocausto), el Día de la Independencia de Israel y el 9 de Mayo, día de la victoria final sobre el nazismo.
Esta conmovedora historia se aúna a múltiples relatos, testimonios e historias que en el contexto del Holocausto, continúan aflorando, impactando, sorprendiendo y saliendo luz a pesar del devenir del tiempo y los años. Hoy se acepta y reconoce que hubo otra clase de heroísmo en la época del Holocausto digno de todo encomio y que no siempre se expresó y patentizó empuñando las armas.
Dos últimas reflexiones. En primer término, mi agradecimiento a mi estimado amigo Rabino Yerahmiel Barylka por la ayuda prestada en todo lo que atañe a la normativa de los Rollos de la Torá así como a la pertinente semántica.
Por último, esta conmovedora historia me trasladó a mi niñez y me hizo evocar que en Montevideo, en la finca en que residían mi abuela paterna y mis tíos, en una de las habitaciones colgaba un cuadro en el aparecía un judío perseguido por una suerte de nube de fuego, corriendo, envuelto en su manto de rezar (talit), cubriendo y protegiendo con su cuerpo los Rollos de la Torá.
Fuente: Aurora Digital