27 Dic Qué debe hacer Israel para detener el programa nuclear de Irán
Opinión. En un artículo exclusivo para Ynet, el ex primer ministro Ehud Barak sostiene que las fallas políticas de Netanyahu le cuestan a Israel la oportunidad de preparar una respuesta militar a las ambiciones nucleares de Teherán.
¿Cuál es nuestra posición con respecto a Irán? El primer ministro Naftalí Bennett tuvo razón cuando hizo referencia a la insostenible brecha entre la retórica del antiguo gobierno liderado por Benjamín Netanyahu y sus acciones.
La política de Israel hacia Irán, desde la firma del acuerdo nuclear en 2015 no fue más que un fracaso, que se deriva de la ineptitud y las peligrosas alucinaciones de su líder.
Ehud Barak.
(Yaron Brenner)
Netanyahu decidió chocar con la administración del expresidente estadounidense Barak Obama, perdiendo una oportunidad de oro para reforzar la capacidad militar israelí, lo cual habría permitido a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) actuar de forma independiente contra el programa nuclear iraní.
Netanyahu decidió chocar con la administración del expresidente estadounidense Barak Obama, perdiendo una oportunidad de oro para reforzar la capacidad militar israelí
En 2018, Netanyahu presionó a otro exlíder estadounidense, Donald Trump, para que se retirara del acuerdo. Tal situación permitió a los iraníes acelerar su carrera hacia un umbral nuclear, mientras culpaba a Estados Unidos por violar el acuerdo.
Pero lo peor de todo es que Netanyahu no pudo preparar un plan B conjunto con EE.UU. para retrasar de forma quirúrgica y por muchos años el programa nuclear iraní, llegado el caso de que Teherán optara por avanzar hacia el umbral nuclear.
Irán es un enemigo acérrimo decidido a lograr sus objetivos, pero las peligrosas circunstancias en las que se ha encontrado Israel son culpa de Netanyahu.
Benjamín Netanyahu se refiere a Irán frente a la Asamblea General de la ONU en 2018.
(AFP)
Netanyahu y sus voceros en la prensa pronto afirmarán que cuando Irán debió enfrentarse al fuerte liderazgo de Trump y Netanyahu, retrocedió, pero frente a la débil administración del actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden y la coalición de Bennett, Teherán se envalentona y avanza en sus ambiciones nucleares.
Irán está a meses de convertirse en un estado de umbral nuclear, que resultaría incontenible si optara por producir un arma nuclear
La gravedad de la situación quedó clara cuando se entendió que una operación militar eficaz contra los objetivos nucleares iraníes requiere de años de preparación y una asistencia masiva de los estadounidenses.
Ahora Irán está a meses de convertirse en un estado de umbral nuclear, que resultaría incontenible si optara por producir un arma nuclear.
Esta nueva realidad exige una evaluación sobria y decisiones prácticas, no una retórica vacía que puede impresionar a algunos en Israel pero que no tendrá ningún peso en Irán o entre las potencias mundiales ansiosas por llegar a un acuerdo con la República Islámica.
Las conversaciones en Viena podrían continuar sin ningún resultado real, lo que permitiría a los iraníes seguir su curso. Incluso pueden estancarse por completo.
Las potencias mundiales negocian con Irán el regreso al acuerdo nuclear de 2015.
(Reuters)
Utilizo el término «estado de umbral nuclear» porque, en mi opinión, Irán no tiene ningún interés en ir más allá de ese punto. Por lo tanto, podrán disfrutar de su éxito sin tener que admitir públicamente ninguna violación del acuerdo de 2015.
Alcanzarán tal punto cuando sean capaces de enriquecer uranio al 90%, lo suficiente para producir entre una y tres armas nucleares. En ese caso estarán aún a dos años de convertirse en un estado nuclear.
Pero en ese momento, los inspectores de la ONU ya no podrán garantizar que el Estado Islámico no esté avanzando de manera encubierta hacia ese objetivo.
Las experiencias pasadas con Corea del Norte y Pakistán mostraron que ambos países habían avanzado en su programa nuclear más de lo que se creía, lejos de la vista de los inspectores de la ONU.
Las experiencias pasadas con Corea del Norte y Pakistán mostraron que ambos países habían avanzado en su programa nuclear más de lo que se creía
Irán busca contar con armas nucleares, no usarlas contra Estados Unidos, Israel o cualquier otra nación vecina, así como Corea del Norte no tiene intención de usarlas contra su vecino del sur.
La capacidad nuclear estaría ahí para asegurar el futuro del régimen y su independencia de acción. Los ayatolás iraníes son extremos en su ideología pero no son tontos. Quieren consolidar su hegemonía en la región, pero no devolver a su país a la edad de piedra.
Una vez que se conviertan en un estado de umbral nuclear, disfrutarán de una posición mejorada y de inmunidad contra agresiones militares.
Entonces se considerará que Irán logró un equilibrio estratégico con Israel y consiguió imponer su voluntad al resto del mundo.
El presidente iraní Ebrahim Raisi. (AFP)
Los iraníes suponen a Israel y se refieren a él como una aberración en Medio Oriente que eventualmente desaparecerá bajo la presión de sus oponentes, rodeada de un anillo de hostilidad y beligerancia, junto con un debilitamiento interno.
Irán busca contar con armas nucleares, no usarlas contra Estados Unidos, Israel o cualquier otra nación vecina
Las habilidades de Teherán no deben subestimarse. Tampoco deberían ignorarse sus incentivos para ver a Israel aniquilado. Pero las capacidades de Israel son grandes y más fuertes que las de Irán o cualquier otro enemigo.
Israel puede cooperar con los estados árabes sunitas y, si actúa con astucia, aún puede contar con el apoyo de los EE.UU.
Israel también se considera un estado nuclear y, según informes de medios extranjeros, ha invertido mucho en esa capacidad en caso de que se introduzcan armas nucleares en la región
Mientras tanto, Estados Unidos centra su atención geopolítica en China y se retira de Medio Oriente.
Este giro comenzó con Obama, se incrementó con Trump y se está convirtiendo en práctica con Biden. No se puede persuadir a Estados Unidos de que cambie esa postura en un futuro próximo, ni se le puede obligar a atacar militarmente a Irán para distanciarlo de su objetivo nuclear.
No está claro si EE.UU. e Israel tienen siquiera un plan para ese propósito y ese es el punto crucial del fracaso histórico de Netanyahu.
Pero Israel debe sacar lo mejor de una mala situación. Existe una necesidad urgente de una cooperación sólida con Washington para lograr objetivos comunes, como es el de evitar que Irán se convierta en un estado con umbral nuclear.
Este no es momento para el desacuerdo público ni para un juego de acusaciones mutuas que no producirán más que vergüenza y no permitirán una posición política sobria respaldada por el Ejército o por otros medios.
Esta cooperación debe incluir el intercambio de inteligencia, un acuerdo sobre qué situaciones requerirían una respuesta israelí o estadounidense, y preparativos concretos para la acción si tales escenarios se cumplen.
Debe haber un acuerdo sobre ayuda militar para aumentar la capacidad de Israel para actuar contra Irán de forma independiente, y la construcción de un mecanismo defensivo multisistema para proteger a Israel del fuego de misiles, incluido el sistema de tecnología láser Honda de David, una defensa antimisiles conjunta israelí y estadounidense.
En una atmósfera de confianza mutua entre Jerusalem y Washington, Estados Unidos estará interesado en llevar a cabo ejercicios conjuntos, sobre todo porque tales capacidades militares pueden usarse más tarde en la arena china, en caso de que sea necesario.
El sistema de defensa antimisiles Honda de David.
(Unidad Portavoz de las FDI)
Un Irán estado nuclear o incluso siendo un estado de umbral nuclear, sería un cambio radical para peor en lo que respecta a Israel, pero no representa una amenaza existencial inmediata.
Nada debería desviar a Israel de su objetivo de prevenir un Irán nuclear, pero aún así debe haber una visión realista de la situación y un entendimiento de que los errores cometidos por nuestros líderes tienen un precio.
El peligro real e inmediato es el de una carrera nuclear con inicio en Medio Oriente. Una vez que Irán logre la capacidad nuclear, Turquía intentará seguir su ejemplo, al igual que Egipto y Arabia Saudita. Dentro de una década, un tercio de las dictaduras del mundo aspirarán al mismo objetivo.
Eso colocaría un dispositivo nuclear en manos de terroristas y podría poner en peligro al mundo en general, no solo a Israel. Ese escenario también exige una preparación.
La bravuconería y la retórica vacía no son la forma de proceder. Solo debilitará a Israel y minimizará su capacidad de actuar en defensa propia.
Todos debemos poner nuestras expectativas en esta «coalición para el cambio».