Las elogiadas novelas de una escritora mexicana exploran su historia sefaradí y el criptojudaísmo

POR: Alan Grabinsky

Angelina Muñiz-Huberman es una de las pocas judías en la prestigiosa Academia Mexicana de la Lengua.

Habiéndole contado su madre que en la familia eran judíos secretos, Angelina Muñiz-Huberman a menudo escribe sobre la identidad oculta, la judería ibérica y el misticismo judío.

CIUDAD DE MÉXICO (JTA).- Cuando Angelina Muñiz-Huberman tenía seis años, su madre cerró la puerta principal de su apartamento en Ciudad de México y, susurrando como si estuviera bajo persecución, le dijo que ella era descendiente de judíos.

¨Me dijo que si alguna vez necesitaba ser reconocida por otros judíos¨, dijo Muñiz-Huberman, ¨Debería hacer la señal de los kohanim¨-un gesto con la mano que representa la antigua bendición sacerdotal, hecha famosa en un contexto diferente por un cierto personaje de ¨Star Trek¨.

Ese momento despertó un gran interés en el patrimonio judío de su familia, lo que la encaminaría a convertirse en una de las novelistas mejor conocidas de México sobre temas judíos y una de las eruditas más destacadas sobre los sefaradim y el criptojudaísmo -las personas que fueron forzadas a renunciar u ocultar su judeidad ante la inquisición española.

El mes pasado, Muñiz-Huberman, de 84 años, fue incorporada al organismo literario más prestigioso de México, la Academia Mexicana de la Lengua, que fue establecida décadas después de la independencia de México para proteger y promover las entonaciones y uso mexicano del español.

Obtener la membresía en el organismo académico de 36 cátedras es un proceso altamente selectivo en el que los miembros actuales necesitan votar por los nuevos miembros.

De las nueve mujeres miembros de la junta, cuatro tienen ascendencia judía; algunas, como la escritora Margo Glanz, hija del poeta yiddish Jacobo Glanz, han abordado activamente su ascendencia judía en sus textos más importantes.

Pero el trabajo de Muñiz-Huberman destaca por su investigación del Ladino, una forma antigua de judeo-español hablado por los judíos sefaradíes después de su expulsión de la Península Ibérica. Además de ser una pionera en estudios sefaradíes en México y la investigación de los criptojudíos como los de su familia, Muñiz-Huberman también se ha enfocado en las tradiciones místicas judías, incluida la Kabbalah.

Su trabajo académico a menudo influye su ficción. Una de sus últimas novelas, titulada ¨Los Esperandos¨, cuenta la historia de los piratas sefaradíes en el Mediterráneo y el Caribe en el siglo XVII.

Ganadora de múltiples premios, incluido el premio literario Xavier Villaurutia, Huberman es principalmente conocida por su poesía y novelas. Uno de sus libros mejor conocidos, ¨Dulcinea Encantada¨, publicado en 1992, cuenta la historia de uno de los enamoramientos de Don Quijote en el México actual. Atrapado dentro de un automóvil en un embotellamiento de tráfico, el protagonista comienza a soñar despierto y conoce personajes fantásticos españoles, rusos y mexicanos de toda la historia.

Foto ilustrativa: La ciudad portuguesa de Belmonte, donde se concentraban muchos criptojudíos.

Muñiz-Huberman nació en el sur de Francia en 1936. Su padre, Alfredo Muñiz, era un periodista español que escribía para el diario Heraldo en Madrid. Cuando Franco ganó la Guerra Civil Española, su familia se vio obligada a salir de España e ir a Francia, de donde tuvieron que huir nuevamente en 1939, cuando los nazis avanzaron hacia el país.

Aterrizaron en Cuba y vivieron en el campo por un corto tiempo antes de establecerse en México. Muñiz-Huberman recordó su infancia en la isla en su libro de 1995 ¨Castillos en la Tierra¨, al que llama una ¨seudobiografía¨ que mezcla hechos y ficción.

En 1942, se trasladaron nuevamente a Ciudad de México, donde su padre estableció un puesto de avanzada en una empresa de pruebas de laboratorio médico que era propiedad de un familiar que vivía en New York. La familia vivía entre otros emigrados en el barrio Condesa, un centro de judíos de clase media que hablaban yiddish en ese momento. Aquí es donde supo sobre su origen judío.

El apellido de su madre Carmen, Sacristán, no es típicamente judío, pero según Huberman, después de la expulsión de los judíos de España en 1492, muchos decidieron cambiar sus apellidos para sonar más cristianos, a fin de escapar de la persecución.

¨Estas generaciones de judíos viviendo en España mantenían una fachada católica, pero celebraban las tradiciones judías dentro de la casa¨, le dijo Muñiz-Huberman a la Jewish Telegraphic Agency.

Sus primeros trabajos de ficción utilizan monólogos interiores para reflejar lo que significa ocultar la identidad de uno. En su primera novela, ¨Morada Interior¨, publicada en 1972, escribe un monólogo interno desde el punto de vista de Teresa de Ávila (llamada algunas veces Teresa de Jesús), una mística cristiana española que provenía de una familia de judíos conversos. Muñiz-Huberman usó partes del diario real de la monja para la ficción de un relato de cómo ella entra en conflicto con su identidad judía oculta.

Foto ilustrativa: Una cocina en las cuevas de Granada, similar a la que puede haber sido usada en el siglo XVI por los criptojudíos.

El esposo de Muñiz-Huberman, Alberto Huberman, nació en Cuba y emigró a México después de la revolución cubana para terminar sus estudios médicos. Un miembro del grupo juvenil sionista de izquierda, Hashomer Hatzair, había vivido previamente en Israel, donde cofundó el Kibbutz Gaash.

¨Construyó las casas, la torre de agua, toda la infraestructura¨, dijo Muñiz-Huberman. Se casaron en 1959.

Durante más de tres décadas, Muñiz-Huberman ha impartido cursos de literatura hispano-hebraica en la Universidad Nacional Autónoma de México, un gigante de casi 250,000 estudiantes con un campus importante en la Ciudad de México. Dijo que muchos de sus estudiantes, después de tomar su curso, se han dado cuenta que también tienen orígenes criptojudíos, y se han sometido a conversiones formales al judaísmo.

Más allá de su lado judío, Muñiz-Huberman también se considera a sí misma una representante del Exilio Español, un nombre que se refiere a los así llamados ¨republicanos¨ que huyeron de la Guerra Civil de España bajo los auspicios del presidente mexicano Lázaro Cárdenas a finales de los años 1940. Estos intelectuales y escritores han tenido papeles importantes dentro de los organismos académicos como el MAL, y fundado instituciones de educación liberal como el Colegio de México.

¨De muchas maneras¨, dijo Muñiz-Huberman, ¨he atravesado un doble exilio¨.

Esta sensación de dislocación y anhelo por una tierra una vez perdida esta presente en muchos de sus trabajos, han señalado los críticos. Ella lo mencionó explícitamente en su discurso de inauguración de la academia, que se transmitió el 19 de noviembre del 2021.

Muñiz-Huberman habló sobre la historia de Miguel León Portilla, cuya cátedra tomó ella en la academia, que dedicó su vida a estudiar y retratar el ¨lado perdedor¨ de la historia, especialmente las culturas indígenas conquistadas por los españoles.

Tanto los judíos como los españoles republicanos estaban en el ¨lado perdedor¨ de la historia, dijo Muñiz-Huberman. Ambos fueron forzados a emigrar, pero ambos encontraron en sus lenguas maternas solaz y fuerza para continuar.

¨¿Por qué estamos aquí en esta prestigiosa institución¨, dijo ella, ¨si no es por amor a …las palabras? Las palabras nos acompañan en el exilio, borran nuestra soledad, establecen la hermandad y nos consuelan¨.

 

 

Traducción por la Comunidad Judía de Guayaquil

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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